7 de octubre de 2024

Agujetas, puñeteras agujetas. Llevo una semana yendo al gimnasio y apenas puedo moverme. Al parecer, el dolor es el precio que se debe pagar por querer cambiar una vida sedentaria y flácida por otra más activa y saludable. O al menos eso dicen algunos. En el mundo de las letras, por ejemplo, autores de renombre y tan dispares como George Orwell, J.R.R. Tolkien, Gabriel García Márquez, Jack London, Ernest Hemingway, Yukio Mishima o incluso Virginia Woolf, entre otros muchos, han reconocido la importancia del deporte en sus vidas. Sí, y aunque parezca mentira, las palabras y las pesas tienen mucho que agradecerse unas a otras. Estos escritores son el ejemplo de que el ejercicio no solo fortalece los músculos, sino que también estimula las mentes inquietas. ¡Y a eso me aferro yo para no dejarme arrastrar por la tormenta de la desmotivación!, como un ancla en medio de la marea.
Pensando pensando pensando, se me ocurrió, mientras me tomaba un ibuprofeno para aliviar los calambres, que al igual que a una persona común, como podría ser el mindundi que suscribe estas líneas, le salen agujetas al hacer ejercicio por falta de costumbre, a un país de políticos de cencerro y fanfarria, como es España últimamente, le pueden salir agujetas políticas por un exceso de falta de sensatez, honestidad, lucidez y demás lindezas. Y si no, vean lo que quiero decir…
Comencemos con el Partido Popular, donde el dilema del futuro de Alejandro Fernández se asemeja a decidir si seguir con la misma rutina de ejercicios o aventurarse con algo completamente distinto. ¿Continuidad o nueva etapa? La pregunta retumba en las paredes de Génova, recordándonos esas pausas incómodas entre series de levantamiento de pesas, donde te debates entre añadir más kilos a la barra o quedarte como estás.
Y qué decir de las revelaciones sobre Víctor de Aldama y su vínculo con una diplomática colombiana. Casi 90.000 euros cambian de manos como mancuernas en un intenso entrenamiento de bíceps. La Operación Delorme parece más una sesión de cardio que un simple caso de corrupción, ¡y el ritmo cardíaco de la política española se dispara!
El PSOE, por otro lado, parece haber sufrido una fuga de votos similar a la pérdida de resistencia muscular después del «caso Koldo«. Como si una sesión de spinning hubiera dejado al partido mareado, tambaleándose en la bicicleta estática de las encuestas.
Ayuso, la impecable e infalible presidentísima madrileña, se encuentra nuevamente en el foco mediático gracias a una inspección fiscal que parece más un examen de agilidad mental que una simple revisión de cuentas. María Jesús Montero defiende el proceso como si estuviera enseñando la técnica correcta para hacer abdominales, mientras que la Fiscalía y el ministerio público lanzan acusaciones como pelotazos de voleibol en un partido caliente.
La pugna interna en Izquierda Unida tras la candidatura de Sira Rego nos recuerda a esos momentos en el gimnasio donde todos quieren usar la misma máquina y al mismo tiempo. Una lucha de poder digna de una sesión de entrenamiento de alta intensidad.
Y finalmente no podemos olvidar el cruce de acusaciones entre PSOE y PP en el Congreso: mordidas, cocaína, amnistía, capo, el rescate de Air Europa,… Sánchez y Feijóo parecen estar en un duelo de fuerza y resistencia, una competición de levantamiento de peso político, exigiendo dimisiones como si fueran repeticiones en una serie interminable.
Mucho me temo que nuestra España de cencerro y fanfarria necesitará de algo mucho más potente y eficaz que un simple ibuprofeno para aliviar estas agujetas políticas. Qué pereza…

1 comentario en «Agujetas políticas»

  1. Me parece que es algo curioso qu no ahya reflejado ninguna referencia ni critica a VOX cuando es el peor de todos, eso porque será ????

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