11 de octubre de 2024

MAÑANA, Y MAÑANA, Y MAÑANA de Gabrielle Zevin / Traducción: Núria Molines Galarza / Editorial: AdN Novelas / Género: Narrativa / 504 páginas / ISBN: 9788411481489 / 2023

«Un gélido día de diciembre de su primer año en Harvard, Sam Masur sale de un vagón de metro y ve, entre las hordas de gente que esperan en el andén, a Sadie Green. La llama a gritos. Por un momento, ella hace como que no lo ha oído, pero entonces se vuelve y empieza la partida: una colaboración legendaria que los lanzará al estrellato. Piden dinero prestado, favores y, antes incluso de graduarse, firman su primera superproducción: Ichigo, un juego en el que uno puede escapar de los confines del cuerpo y las traiciones del corazón, en el que la muerte no significa más que una oportunidad para recomenzar y volver a jugar .Esta novela narra la historia de los mundos perfectos que construyen Sam y Sadie, el mundo imperfecto en el que viven y de todo lo que viene después del éxito: el dinero, la fama, la traición, la tragedia. La trama se extiende a lo largo de más de treinta años, va de Cambridge (Massachusetts) a Venice Beach (California), pasando por tierras intermedias y otros mundos. Mañana, y mañana, y mañana es una novela deslumbrante y compleja que ahonda en la naturaleza multifacética de la identidad: en los videojuegos como forma de expresión artística; en la tecnología y la experiencia humana; en la discapacidad; el fracaso; las posibilidades de redención; los mundos virtuales, y, sobre todo, en nuestra necesidad de conectar: de amar y ser amados. Sí, es una historia de amor, pero única en su especie».
Me regalaron este libro hace unos meses por mi cumpleaños. Posiblemente, lo conocía, pero lo había olvidado. Estaba en mi wishlist de Goodreads. De no ser por Oliver y Tote, quizá no lo hubiera leído o no, al menos, de inmediato. La cosa era que Oli también se lo había comprado en inglés y me propuso una lectura conjunta para el verano de este libro. Cada cual tenía sus cosas y se nos metió agosto cuando pudimos abordarlo. Y qué queréis que os diga, me ha encantado.
Desde la prosa de Gabrielle Zevin, hasta el modo en que estructura la novela, ha sido toda una experiencia. Además, se centra en una etapa que para mí no es desconocida y en la que yo también vi evolucionar los videojuegos, donde pasaron de ocupar las salas recreativas en enormes máquinas a un modesto rincón de casa en una consola de pequeñas dimensiones. El libro transcurre durante esas dos décadas de transición, las de los 80 y los 90, sobre todo, cociendo una historia de amistad (que es el centro en realidad de toda la historia) desde sus inicios hasta casi treinta años después. En ese tiempo, la autora ha sabido reflejar la dureza de los propios traumas, de la tragedia que acompaña a los protagonistas, pero también su intimidad y sus momentos más álgidos, casi siempre teniendo como nexo de unión la pasión por los videojuegos y el afán creador.
Es esta una novela que no solamente exalta la amistad y la muestra tal cual es, sin paños calientes, en lo bueno y en lo malo, sino que también realza el valor de la creatividad y el mismo proceso creativo. Me pareció magnífico el modo en que se muestra el desarrollo de los videojuegos que aparecen en el libro, desde el origen, la semilla, la idea, hasta el resultado final, pero también ese espacio posterior que engloba el marketing, la exposición mediática y el crecimiento tanto empresarial como individual. Y es que también resulta interesante ver eso, la manera en que alguien lucha por sus sueños desde un lugar sin los suficientes recursos y acaba consiguiendo llegar a lo más alto, con sus pros y sus contras, por supuesto.
Sam Masur, Sadie Green y Marx Watanabe, los tres indiscutibles protagonistas de esta historia, han pasado por infinidad de momentos y algunos de ellos me han emocionado. La novela me ha tocado la fibra. Hay instantes muy duros que me han hecho sentir como pocas obras. Sea como sea, esto se debe también al perfil de los personajes (que me parecen muy bien construidos) como a su coherente evolución a lo largo de los años y en función de las circunstancias que les rodean.
Aunque hace tiempo que dejé de ser tan jugón, me han dado muchas ganas de jugar a todos esos juegos que aparecen en Mañana, y mañana, y mañana. Una gran obra, sin duda, que no me cansaré de recomendar.

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