5 de noviembre de 2024

LAS FLORES DEL MAL de Charles Baudelaire /  Traducción: Manuel J. Santayana / Editorial: Vaso Roto / Género: Poesía / 592 páginas / ISBN: 9788494995286 / 2023

Baudelaire (París, 1821-1867) ha sido el poeta que maldijo la verdad del ser humano, uno de los pocos que se atrevieron a vivir cerca de los límites de la vergüenza. Fue además de poeta, traductor, crítico cultural y sabio, pero un sabio degenerado para sus contemporáneos, un sabio encarcelado dentro de los prejuicios morales y sociales de la época que le tocó vivir. Es su poesía, y más concretamente «Las Flores del Mal», el reflejo de su alma descontenta, un alma antónima de esas desconfianzas que le oprimen.

En esta edición bilingüe que nos propone Vaso Roto, el libro está dividido en diez partes, introducidas por quizá el más famoso de todos sus poemas, el titulado Al lector. Las otras partes son : Spleen e Ideal, Cuadros Parisienses, El Vino, Flores Del Mal, Rebelión, con una conclusión final, La Muerte, y tres apéndices más: Las Ruinas (1868), Algunas Poesías Añadidas a la Tercera Edición (Póstuma) y Un Proyecto de Epílogo para la Segunda Edición.  El poeta tenía la obsesión de que su libro no fuese concebido como una compilación de poemas independientes, sino como un Todo, con un principio y un final. He ahí el por qué de la estructura del libro, y del dejillo moralista que rezuma la obra una vez disfrutada en su conjunto, ya que, confabulada ésta como un tratado, es capaz de dejar al leyente un cierto aroma de culpa o disculpa, así sea su espíritu.

El libro en sí, el continente, es un bellísimo ejemplar, está adornado con los dibujos y el diseño gráfico de la artista Fiona Morrison, donde los colores y la luz albergan casi setecientas páginas de condición humana, con la tenebrosidad de lo magnánimo y lo fútil de la espera. En esta ocasión la traducción de «Las Flores del Mal» corre a cargo de Manuel J. Santayana, y asevero que el traductor no solo ha sido capaz de recoger y recrear la misma música y rima del libro original, sino que también ha encastrado al Baudelaire del siglo XIX en nuestro siglo XXI, con la vitalidad contemporánea y emponzoñada de la sociedad de nuestros días.

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