
EL SECRETO DE LA OROPÉNDOLA. POEMAS DE AVES de Emily Dickinson / Traductor: Abraham Gragera / Ilustradora: Ester García / Editorial: Nórdica Libros / Género: Poesía / 144 páginas / ISBN: 9788410200593 / 2024
La poesía de Emily Dickinson, siempre marcada por una profunda reflexión íntima y una meticulosa observación de la naturaleza, cobra una nueva dimensión en El secreto de la oropéndola, una obra enriquecida por las delicadas ilustraciones de Ester García y la cuidada traducción de Abraham Gragera. Este trabajo conjunto da como resultado un libro singular tanto en esencia como en contenido. Nórdica Libros presenta una recopilación de poemas dedicados a las aves, seleccionados de la vasta obra de Dickinson, en una edición bilingüe que rinde homenaje tanto a la relación especial de la poeta con el mundo natural como a su inconfundible estilo, que sigue resonando con fuerza más de un siglo después de su muerte.
La antología reúne cuarenta y siete poemas en los que las aves, recurrentes en la poesía de Dickinson, actúan como símbolos de libertad, fugacidad y, en muchos casos, como metáforas del propio proceso creativo. El título del libro, El secreto de la oropéndola, sugiere ese misterio innato que la poeta encontraba en la naturaleza, particularmente en las aves. Aunque a menudo considerada una autora reclusa, Dickinson desplegaba en su poesía una atención asombrosa al entorno que la rodeaba, explorando las dimensiones espirituales, estéticas y filosóficas de lo cotidiano.
El estilo de Dickinson, caracterizado casi siempre por su fragmentación, contribuye a la sensación de incompletitud o elusividad que prevalece en su obra. No obstante, esto no limita la profundidad de sus observaciones. En poemas como «Chaparrón estival», los detalles meteorológicos y la reacción de la naturaleza ante un fenómeno tan sencillo como la lluvia se elevan a una consideración casi metafísica. El vuelo de las aves, el sonido del viento y la interacción de estos elementos con el paisaje transmiten una experiencia que va más allá de lo visual, enraizándose en lo sensorial y lo emocional. Dickinson, de esta manera, transforma lo mundano en algo sublime, utilizando a las aves como conductoras entre lo terrenal y lo trascendental. El tema recurrente en esta antología, las aves como símbolo de lo efímero y lo eterno, esté presente en todos los poemas. En «Trébol morado», por ejemplo, Dickinson nos presenta una flor que, al igual que las aves, es capaz de sobrevivir al cambio de estaciones y a las inclemencias del clima. Este poema, al igual que muchos otros de la colección, juega con las ideas de resistencia y vulnerabilidad, de fugacidad y permanencia. La capacidad de la naturaleza para renacer y renovarse se refleja en estos versos, y las aves, con su vuelo libre y sus cantos, representan tanto el espíritu inquieto de la poeta como la búsqueda constante de un sentido más profundo. No obstante, El secreto de la oropéndola no se limita a ofrecer una lectura pastoral o bucólica del mundo, ni mucho menos. Dickinson, como es habitual en toda su obra, refleja e inserta de una manera consciente en sus poemas una inquietud subyacente, un sentido de lo inasible que convierte la observación de la naturaleza en un ejercicio existencial. Las aves, con su libertad aparente, son también criaturas de paso, su vuelo es tan frágil como el propio acto de escribir. A través de estas metáforas, Dickinson reflexiona sobre la mortalidad, la belleza y la lucha por encontrar un lugar en el mundo.
A parte del contenido literario, uno de los aspectos más destacados de esta edición es, sin ningún tipo de duda, las ilustraciones. Las ilustraciones de Ester García, minuciosas y elegantes, dialogan con el texto. Las aves y demás elementos, dibujados con una delicadeza exquisita, subrayan tanto la vitalidad como la fragilidad de estas criaturas, complementando a la perfección con la poesía de Dickinson.
El secreto de la oropéndola es un testimonio del profundo vínculo de Emily Dickinson con la naturaleza, y al mismo tiempo, una exploración de su compleja visión del mundo. Las ilustraciones de Ester García y la cuidada traducción de Abraham Gragera convierten esta edición en un libro casi indispensable para cualquier lector interesado en la poesía o en la obra de esta extraordinaria poeta.

Juanjo Melgarejo (Torrevieja – 1990) Corrector de profesión. Lector empedernido, guarda en su cajón varias novelas, anhelando que algún día vean la luz.