19 de mayo de 2024

Traje de fieltro 1970 Fieltro, cosido y estampado «Hauptstrom» (muy desteñido) Aprox. 170 x 60 cm. Numerado en la etiqueta de edición. Ejemplar 94/100, Edición Galerie René Block, Berlín.

Una de las obras más icónicas de Joseph Beuys es «El Traje de fieltro». Durante un acto revolucionario contra la guerra de Vietnam vio a alguien vestido con un traje similar que le inspiró de una manera visceral a crear su obra de arte. Esta pieza, el traje de fieltro, transmite la noción de calor humano físico, simbolizando y evocando una sensación de seguridad y refugio, dado que el fieltro es un tejido conocido por su capacidad aislante y protector de la vida. Beuys consideraba el arte como un medio para cambiar la sociedad y la política, y le otorgaba una dimensión espiritual avanzada. Consideraba que los materiales primarios y corrientes, entre los que destacaba el fieltro y la grasa animal, podían ser utilizados para curar. Beuys afirmaba que el artista, el verdadero artista, era capaz de canalizar la energía de las cosas para darles nuevos poderes y significado, al igual que hacía un chamán. Joseph Beuys se convirtió en su Alemania natal en un verdadero objeto de culto, y de muchas de sus obras, incluido este traje, se hicieron grandes tiradas.

Lo que más impacta de su arte es lo poco que importa el lenguaje que utiliza para trasmitir emociones. Da igual el formato, el material o la textura, el impacto emocional que producen sus obras es siempre el mismo. Al menos para mí. Este artista tiene la peculiaridad de que lo abstracto, sin serlo, está instaurado de manera natural en su esencia, es algo intrínseco en él. Si nos dejamos atrapar por la naturaleza de sus obras nos percatamos enseguida de lo efímero que resulta su arte. Es un mundo liviano, absurdo, penetrante. Se lee con el tacto, se siente con la imagen, más allá de lo imperfecto, y se disfruta… pero para hacerlo hay que lidiar con lo anodino, con lo vacío.

Joseph Beuys (Krefeld, Alemania, 1921 -1986, Düsseldorf, Alemania) trabajó durante toda su vida artística con diferentes técnicas y medios, cultivó desde la escultura hasta el performance, pasando por el happening, el vídeo e instalación. Fue miembro activo durante la década de los sesenta y setenta del siglo XX del movimiento artístico llamado Fluxus, principalmente en su vertiente de las artes visuales, donde rechazaba el objeto artístico tradicional como mercancía, revindicando un movimiento artístico sociológico y organizando actos revolucionarios.

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