
ASESINOS ANÓNIMOS de Rob Hart / Traductor: Puerto Barruetabeña Díez / Editorial: AdN / Género: Narrativa / 316 páginas / ISBN: 9788410138629 / 2024
Asesinos anónimos no es el thriller típico, aunque sí que cumple con las expectativas de enganchar desde el principio. Rob Hart, con su experiencia en las novelas negras y en historias de alto voltaje, nos presenta a Mark, un sicario reformado que, tras años de violencia, decide poner fin a su carrera y rehabilitarse. Hasta aquí, podría sonar a la típica historia de redención; sin embargo…
El protagonista, Mark, no es precisamente un héroe ni pretende serlo. Fue el mejor asesino del mundo y ha llegado a un punto en el que eliminar a alguien le resulta tan natural como respirar. La novela se centra en el momento en que deja de hacerlo, cuando decide que ya ha tenido suficiente y quiere probar una vida sin sangre. En su intento de llevar una vida normal, se une a un grupo de apoyo de doce pasos para asesinos en rehabilitación. Parece absurdo y, por supuesto, tiene un toque de humor negro, pero Hart lo maneja todo con una autenticidad relativamente extraña. Aquí, la redención no es fácil ni romántica; es sucia y a menudo desesperada.
La decisión de Mark de abandonar el asesinato no es un camino de rosas. De inmediato, alguien comienza a perseguirlo, obligándolo a huir y a enfrentarse a su pasado sin recurrir a su viejo recurso: matar. La premisa es ingeniosa, y Hart la utiliza para plantear preguntas que, en otro contexto, parecerían moralmente ambiguas, pero que aquí resultan totalmente lógicas y apremiantes. ¿Merece alguien como Mark la oportunidad de cambiar? ¿Es suficiente el arrepentimiento para redimir a una persona de su historial de violencia? Estas preguntas se vuelven aún más inquietantes a medida que avanzamos en la trama. La novela se mueve de un escenario a otro, desde las caóticas calles de Nueva York hasta ciudades tan lejanas como Singapur y Londres. Esta variedad de escenarios añade dinamismo, pero en ningún momento desvía la atención de la verdadera esencia de la historia. No es una simple persecución; es un intento de descubrir si alguien como Mark puede realmente ser otra persona. Y en este punto, Hart nos ofrece otra pregunta más que evidente: ¿Es posible un cambio absoluto, o la sombra del pasado siempre estará al acecho?
La narrativa de Hart es clara y sin adornos, algo que juega a favor de la historia. No hay un intento de dulcificar la brutalidad de Mark ni de hacerle parecer un héroe, trágico por otra parte. La crudeza de su pasado se percibe en cada página, y esa honestidad es refrescante. Hart se esfuerza por mostrarnos a un hombre atrapado en una lucha constante, no solo con el mundo que intenta matarlo, sino con su impulso interno de resolver los problemas de la forma que siempre conoció. Es un recordatorio constante de que cambiar no es solo decidir hacerlo; es una batalla cotidiana, y a menudo, al menos en el caso de Mark, parece una batalla perdida.
Rob Hart no es un autor novel precisamente. Su novela The Warehouse llamó la atención de Hollywood y se vendió en más de 20 países, y su serie de Ash McKenna lo consolidó en el universo del thriller criminal. Con una carrera que va desde reportero político hasta editor de MysteriousPress.com, Hart sabe cómo construir personajes realistas, personajes que no tienen respuestas fáciles ni redenciones absolutas. En este sentido, Asesinos anónimos no decepciona. La novela se lee rápido, y al explorar temas de redención y el precio que se paga por ello, plantea preguntas que permanecen en el lector mucho tiempo después de cerrar el libro. Sin embargo, a medida que avanza la historia, una cierta pulcritud en el desenlace podría hacer que algunos lectores se pregunten si la conclusión no ha sido demasiado ordenada. Quizás hubiera sido más efectivo dejar algunos cabos sueltos, algunos aspectos sin resolver. Creo que así habría sido la historia más fiel a la premisa y a las realidades de una vida tan desordenada y violenta como la de Mark. Los finales con heridas abiertas suelen ser más impactantes en este tipo de relatos. Aun así, el final, la resolución, no resta valor a todo lo demás: Hart ha creado un thriller que no solo entretiene, sino que invita a la reflexión.

Juanjo Melgarejo (Torrevieja – 1990) Corrector de profesión. Lector empedernido, guarda en su cajón varias novelas, anhelando que algún día vean la luz.