28 de abril de 2024

ULISES de James Joyce / Edición: Francisco García Tortosa / Traductores: María Luisa Venegas Lagüéns y Francisco García Tortosa / Editorial: Cátedra / Colección: Letras Universales / Género: Narrativa / 909 páginas / ISBN: 9788437643946 / 2022

Sobre el libro:


Traducción de María Luisa Venegas Lagüéns y Francisco García Tortosa. La fama de «Ulises» la debe, en gran parte, a razones que a veces poco tienen que ver con la novela, emparentadas con nuestro tiempo y nuestra cultura. Indescifrable, insulto al lector medio, soez, escabrosa, vulgar, para unos, penetrante, innovadora, la mayor creatividad verbal después de Shakespeare, descubridora del hombre moderno, para otros. Críticos favorables como Valéry Larbaud, Ezra Pound, T. S. Eliot, y menos favorables como Bernard Shaw, Gertrude Stein o Virginia Woolf, contribuyeron a que una novela enrevesada alcanzara la popularidad a pesar de que era, y probablemente siga siendo, lectura que muchos no se atreven a completar. Esta edición ofrece una nueva traducción al castellano, que fija el texto en nuestra lengua teniendo a la vista un mínimo de cinco ediciones diferentes.

Sobre el autor:


Nadie como James Joyce (1882-1941) representa en la narrativa del pasado siglo la incansable búsqueda por la renovación del lenguaje de la literatura moderna. Solo a través de su concepción de la palabra como escultora del mundo y del profundo impacto de su obra literaria – siempre en conversación con las de otros grandes escritores de su tiempo, como Marcel Proust, Ezra Pound o T.S. Elliot –, puede entenderse la transformación general de la literatura euroamericana que llevarían a cabo las generaciones siguientes. A comienzos de los años veinte, cuando Ulises comenzó a ser publicada en la revista norteamericana Little Review, publicación que fue interrumpida en el episodio XIII por orden gubernamental, James Joyce engrosaba el elenco de celebridades que pululaban por París. El escritor proscrito, que ya había alcanzado cierta notoriedad por Dublineses y Retrato del joven artista, no era, pues, un oscuro desconocido al que simplemente se le había ocurrido escribir unas cuantas obscenidades.

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