7 de octubre de 2024

La comunicación es un proceso natural en el ser humano, algo vivo y siempre en evolución. Cada generación trae consigo palabras nuevas y significados diversos; es un reflejo ecuánime de una realidad social siempre cambiante. Por ejemplo, la llamada Generación Z, la nacida a finales del siglo XX y principios del XXI, al mamar más de la era digital que de sus madres, ha desarrollado un lenguaje propio influenciado, claro está, por redes sociales como Tuenti, Tumblr, TikTok o Twitter, entre otras tantas y tantas. Mi percepción sobre este lenguaje no es de desaprobación, ni de rechazo. Al contrario, admiro la sencillez, la ingenuidad, la espontaneidad, la honestidad y la inmediatez de este lenguaje tan sin adornos ni complicaciones. Supongo, y esto es mucho suponer, que es un modo de comunicación muy efectivo en momentos en los que la autenticidad y la claridad son muy valoradas por los interlocutores, como ocurre en la literatura infantil o en las conversaciones entre besugos… o cuñados.
Pero lo cierto es que es una jerga repleta de muchos anglicismos, bastantes obscenidades y demasiadas estupideces. Y de entre todos los nuevos términos que han emergido del mundo Z, hay uno que me ha resultado especialmente ¿curioso?: PEC. Pues resulta que esta palabra es un acrónimo de ‘por el culo‘, y es la expresión de moda que significa que algo te gusta muchísimo, pero mucho, mucho. No quiero especular sobre el origen de PEC, pero el que la puso de moda tuvo que ser un cachondo mental. Si alguien te dice alguna vez: «Me encanta el curry tailandés de pollo con chiles fantasma, la comida más picante del mundo. PEC», que sepas que realmente te está diciendo: «Me encanta el curry tailandés de pollo con chiles fantasma, la comida más picante del mundo. Me las meto por el culo».
Hay quienes defienden esta nueva idiosincrasia lingüística argumentando que no es solo un medio de comunicación, sino también una forma de expresión identitaria y cultural; que a través de sus palabras, estos jóvenes delimitan su mundo y se conectan con sus pares en todo el planeta; que en un mundo globalizado y diverso, el lenguaje actúa como un puente que une a las personas más allá de las diferencias. Yo discrepo de esa defensa, pienso que el lenguaje de la Generación Z, aunque refleja su identidad y cultura, también puede llevar a la pérdida de la riqueza lingüística y la precisión comunicativa. Es fundamental reconocer la evolución natural del lenguaje, pero debemos ser conscientes de los riesgos de la simplificación y la superficialidad en la comunicación.
Siento ser un boomer para algunos, y probablemente me cancelen o me ghosteen unas cuantas semanas, pero solo hablo factores, aún a riesgo de ser un basadísimo al que nadie stalkeará el IG, literal.

Deja un comentario