7 de octubre de 2024

AZUMI de Akari Berganzo / Editorial: Europa Ediciones / Género: Narrativa / 163 páginas / ISBN: 9791220109666 / 2021

Los pronombres personales átonos pueden ser de dos tipos: proclíticos y enclíticos. Los proclíticos siempre van delante del verbo y se escriben separados de él. Los enclíticos van detrás del verbo y se escriben unidos al mismo, como una sola palabra, como por ejemplo “enamorarME” o “apoyarME” (sí, lo que he resaltado en mayúsculas es el pronombre de marras). Pero bueno, ¿a qué viene este tostón?, se preguntará más de uno. ¿Por qué comienza la reseña el Jesús hablando de pronombres átonos, enclíticos o vete tú a saber? Pues verán, intentaré ser breve: este libro está repleto de errores gramaticales, ortográficos, ortotipográficos; errores que dificultan (y empobrecen) enormemente el disfrute de la lectura; esto de los pronombres es algo que no debe de tener muy claro el que hizo la corrección de la novela en la editorial. Ya en las dedicatorias hay sendas faltas de ortografía, desde la primera página. Al principio pensé que podría tratarse de alguna errata de impresión, pero no, nada más lejos de la realidad. Hay demasiados errores de ortografía, gramaticales y sobre todo ortotipográficos como para no pensar que la corrección de esta novela por parte de algún profesional brilla por su ausencia. Un desastre. Me llama la atención que la propia autora en los agradecimientos nombre a dos personas, una tal Gilda Moreno y otra tal Alessia Venditti, agradeciéndole a una “por su empuje y por el fino trabajo en la primera corrección de estilo” (sic) y a otra “por el meticuloso resultado en el tratamiento del texto y por el gran cuidado al efectuar la segunda corrección de estilo” (sic). Yo, por si acaso alguna vez me da por escribir una novela, me he apuntado esos dos nombres para evitarlos como la peste, viendo su supuesto “trabajo” no querría que se acercaran nunca a tocar o retocar algún texto mío. No lo sé con seguridad, porque no lo sé, pero me da a mí la impresión de que en Azumi no hay corrección de estilo que valga, sino que se limitaron a hacer el paripé, no sé muy bien por qué. Un desastre, repito.
Vayamos con la obra. Azumi es una novela corta que se hace larga. Quizá como relato hubiese funcionado mucho mejor que como novela. Es una historia a mi juzgar muy desordenada, donde la voz principal es la de una niña que supuestamente está crionizada y que, con una voz interior unas veces seudofilosófica e histriónica otras, va narrando lo que le va sucediendo, o viendo, o pensando, o… (los puntos suspensivos otro de los recursos utilizados en exceso por la autora y que las “correctoras de estilo” pasaron por alto). Hay párrafos que son un calco de otros anteriores, y no hay interacción entre los personajes que pululan por la narración que de algo de naturalidad a una voz cansina y poco expresiva. Esa pretendida metáfora sobre la espiritualidad, el alma, la verdad absoluta o las segundas oportunidades, se queda en eso, en una metáfora fallida. A la narración le falta mucha corrección, pero corrección de verdad. La novela está verde, está mal escrita. A mi entender, siempre bajo mi punto de vista, Azumi tal cual está escrita y editada no es una novela propia de un escritor profesional. Falta trabajo, mucho trabajo.
Akari Berganzo es una escritora mexicana autora de nueve libros publicados entre 2012 y 2018, Azumi es su primera novela, todos los anteriores títulos fueron obras de no ficción, libros de espiritualidad y autoayuda.


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