«En el actual estado del conocimiento solo las lágrimas falsas sirven para ser tratadas y ulteriormente producidas. Las lágrimas auténticas son cálidas, razón por la cual es muy difícil despegarlas de la cara. Tras conducirlas a un estado sólido, resultó que son muy frágiles. Los tecnólogos se devanan los sesos en relación con el problema de la explotación de lágrimas auténticas.
Las lágrimas falsas, antes de ser congeladas, se dejan someter a un tratamiento de destilación, una vez que por su naturaleza son impuras y son conducidas a un estado donde, en lo tocante a su pureza, apenas llegan a diferenciarse de las lágrimas verdaderas. Son muy duras, muy duraderas, prestándose no solo al adorno sino también al tallado de cristal».
De la tecnología de las lágrimas (Zbigniew Herbert, 1957)
Zbigniew Herbert (Lvov, Ucrania 1924- 1998 Varsovia, Polonia), estudió derecho, bellas artes y filosofía en la Universidad de Varsovia. Además de poesía, escribió teatro y ensayos sobre arte. En 1956 publicó su primera obra, La cuerda de luz, y desde aquel momento fue reconocido como uno de los intelectuales más destacados de Polonia. Entre sus principales obras destacan los poemarios Hermes, el perro y la estrella (1957), El estudio del objeto (1962), Inscripción (1969), Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas (1983) y Epílogo de la tormenta (1998), además del ensayo que lo haría famoso en todo el mundo, Un bárbaro en el jardín (1962). Recibió varios premios como el Koscielski Foundation en 1964, o el National Austrian Lenau y el Alfred Jurzykowski en 1965. Residió en varias ciudades de Europa y luego se trasladó a Estados Unidos, donde llegó a impartir clases en la Universidad de California.
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