
LA LARGA MARCHA de Stephen King / Traductor: Hernán Sabaté Vargas / Editorial: Debolsillo / Colección: Edición Black Friday / Género: Narrativa / 352 páginas / ISBN: 9788466389235 / 2025
«Una inquietante novela futurista donde la realidad supera a la fantasía más terrorífica.
El escenario: una sociedad ultraconservadora que ha llevado al paroxismo sus rasgos más perversos, dominada por un estado policial.
El acontecimiento: la más extraordinaria competición deportiva, una agotadora marcha a pie donde un resbalón puede ser el último.
Los competidores: cien adolescentes elegidos por sorteo decididos a pasar sobre los cadáveres de sus compañeros para llegar a la meta.
El premio: fama y fortuna para el ganador, es decir, para el único superviviente…
Solo uno será el triunfador.Los 99 restantes morirán».
Leí esta novela allá por el 2019. Con el estreno de la película en cines, quería volver a leer y no la encontraba por ninguna parte, así que me hice con la edición Black Friday de bolsillo. Esta es una de las primeras novelas escritas (si no la primera, por delante de Carrie) por el de Maine, solo que no vio la luz hasta muchos años después y bajo su pseudónimo Richard Bachman. Creo recordar que la escribió a finales de los sesenta, durante su primer año de universidad. Cuando uno la pone en contexto se da cuenta de que es más que probable que la Guerra de Vietnam, en la que Estados Unidos estaba fuertemente implicado, puede haber sido detonante, motivación o inspiración para mucho de lo que se habla en La larga marcha, tanto en el fondo como en la forma, en lo que se dice y en lo que se infiere.
No voy a hablar de la película, que también acabo de ver, pero sí diré que el hecho de que Stephen King aparezca como productor ha hecho que la historia no se quede como un calco sin más de la novela. Diré que me ha gustado mucho, pero, como estamos hablando de la obra literaria, será de ella de la que hablemos.
Ya hace seis años me pareció una de las más flojas de las que he leído del Rey del Terror y, con el tiempo, al releerla, me he dado cuenta de que mi opinión al respecto no ha cambiado demasiado. Se me ha hecho tan larga como la propia marcha. Ha sido un camino tedioso y con alguna que otra parada en boxes para tomar aire y encarar estas páginas con más frescura y brío. Se hace lenta y, no por ello, puedo decir que no me haya gustado. Porque, en el fondo, sí que la he disfrutado. Sin embargo, es una historia sencilla, con reflexiones esporádicas y una crítica velada hacia el sistema y el gobierno más que evidente. Como suele hacer King, el contexto se adecúa a la época en la que fue escrita la novela y también a la edad del autor en esa época. Así, los protagonistas, al igual que él era entonces, son jóvenes adolescentes a través de los cuales proyecta el sentir general de una generación, los distintos pensamientos y el modo en el que cada uno resuelve sus conflictos y se enfrenta a un mundo del que aún no sabe prácticamente nada pero del que cree saberlo todo. Ese espíritu juvenil está presente, con una madurez forzada hacia la adultez y el enfrentamiento a lo inevitable: la propia muerte. Así y todo, la muerte como excusa para la vida, hace que los protagonistas vivan situaciones intensas y emotivas y confraternicen incluso cuando saben que solamente uno de ellos llegará a meta y el resto acabará con los sesos sobre el asfalto o, como dicen en la novela, les «darán pasaporte», un eufemismo de lo más adecuado si entendemos que quien sella ese documento no es otro que el mismo que controla la frontera entre la vida y la muerte y también el propio ejército de los Estados Unidos en pleno proceso de reconstrucción de un país devastado por la guerra. El comandante es, por tanto, un personaje recurrente a pesar de lo poco que aparece, y también, en cierto modo, simbólico. Cambiemos la guadaña por un fusil y estará la metáfora servida.
No digo que sea una mala novela. Jamás podría decir tal cosa de la obra de Stephen King, por mucho que otros se llenen la boca con ese veneno. Sin embargo, reitero que no es la que más me ha gustado ni de lejos, si acaso, una de las que menos. ¿Se disfruta? Sí. ¿Se hace larga? También. Creo que, en ese sentido, la película ha sabido adaptar mejor los tiempos. Así y todo, no la habría disfrutado tanto si no hubiera leído primero el libro.

Víctor Morata (1977) Escritor, autor de «Siervos de la Guadaña» y «La sombra del nagual» (Malas Artes, 2024). Colaborador de la revista digital ZENDA. Finalista del XXIX Domingo Santos de novela y ganador del VII Premio de Relato Yoescribo. Co-director y presentador del podcast FICCIÓPATAS.

Tu análisis muestra con belleza esa mezcla de crítica, intensidad y humanidad que hace que esta obra siga removiendo incluso cuando no es la más brillante de King.