14 de noviembre de 2025

KUKLINSKI de Ernesto Mallo / Editorial: Siruela / Género: Narrativa / 238 páginas / ISBN: 9791387688387 / 2025

Brutal. Esa es la primera palabra que me viene a la cabeza después de cerrar el libro. Y no es un adjetivo que yo use a la ligera. Desde que me senté a leerlo tuve la certeza de que me iba a atrapar sin compasión. Y así ha sido. Kuklinski, de Ernesto Mallo, no se limita a contar una historia, ni siquiera a recrear los crímenes de uno de los asesinos más temidos de Estados Unidos. Va más allá. Es algo muy distinto. Lo más inquietante de todo, es que mientras uno lee no tiene la sensación de estar frente a una novela, en el sentido tradicional de la palabra, sino frente a una especie de confesión a quemarropa. No hay milongas estéticas, ni concesiones al lector de ningún tipo. Lo que aparece es la voz de un hombre que, entre el placer y la compulsión, mató a más de doscientas personas. ¡Doscientas personas! Y uno no puede dejar de leer… Ni un minuto. Es adictivo, sí, con ese tipo de adicción que incomoda, que empuja a pasar de página aunque lo que se encuentre allí provoque el peor de los rechazos.

Ernesto Mallo escribe con una frialdad que estremece. Su prosa es directa, casi clínica, y a la vez es profundamente visceral. Frases que golpean y se clavan. No hay metáforas suaves ni tranquilizadoras: lo que se narra está ahí, desnudo, sin maquillaje. Esa primera persona, tan implacable, convierte el libro en un confesionario desnudo, sin justificación moral, donde el lector asiste al despliegue de un pensamiento criminal, con una claridad que resulta inquietante y fascinante a la vez.

New Jersey de los años setenta. Un escenario urbano donde Richard Kuklinski, un hombre de fuerza descomunal e inteligencia poco común, se mueve rapaz como un cazador nocturno. Su niñez en un hogar marcado por la violencia y la ausencia de afecto es el catalizador de un rencor que lo acompañará siempre. El escritor argentino reconstruye la mecánica de sus asesinatos —eficaces, meticulosos, profesionales— y, sobre todo, los motivos, la sombra interna que lo empuja a seguir matando. Y luego la captura, el encierro, el largo castigo del silencio. Kuklinski pasa veintitrés años en prisión, enfrentado a la misma soledad que él mismo impuso a otros, convertido en la persona «más solitaria del mundo», según sus propias palabras. Un ocaso que no ofrece redención, ni mucho menos alivio. Simplemente confirma que la rueda del tiempo siempre se cobra sus deudas. Siempre.

Kuklinski no es un libro cómodo. Tampoco creo que pretenda serlo. Es duro, perturbador, y al mismo tiempo seductor y necesario.

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