Juanjo Melgarejo 
CRUZADOS Y CRIMINALES de Steve Tibble / Traductor: Ignacio Alonso Blanco / Editorial: Almuzara / Género: Ensayo / 400 páginas / ISBN: 9788410529625 / 2025
Cruzados y criminales, en líneas generales, me ha gustado mucho. No es un entusiasmo arrollador, algo que me haya impactado sobremanera, pero sí me ha dejado esa sensación de satisfacción que dejan los libros bien trabajados y con una intención clara. Es un libraco, que diría mi sobrina. Se nota desde el principio que Steve Tibble no se conforma con una visión parcial: su propuesta es muy completa, muy exhaustiva en el desarrollo, y sin miedo a entrar en terrenos incómodos.
De todo, lo que más me ha sorprendido, más allá de lo que cuenta, es el ritmo narrativo. Tiene un aire embaucador, extraño, casi cinematográfico. Me recordó a esos documentales en los que la voz en off se alterna con imágenes sugerentes, y uno termina aprendiendo sin darse cuenta. Es esa rara virtud de enseñar historia como quien narra un cuento, y no como quien dicta un manual o una enciclopedia sesuda y solo accesible para unos pocos. Además, el autor maneja una especie de ironía sutil (o eso me ha parecido a mí) muy muy velada: de pronto una frase breve, un comentario que casi parece lanzado con malicia, y de pronto el texto cobra un brillo inesperado. Esa chispa estilística le quita sobriedad al relato y lo convierte en algo mucho más cercano, muy divertido de leer.
La sinopsis ya avisa de que aquí no hay cruzados idealizados, sino tipos corrientes —a veces brutales, a veces miserables— que se movían en un mundo lleno de contradicciones. Lo interesante aquí es que Steve Tibble logra que esas contradicciones se sientan vivas. En cada página late la tensión entre el rigor del historiador y la creatividad del narrador.
Cruzados y criminales es un libro que atrapa sin necesidad de muchos artificios innecesarios. Es riguroso, pero también ágil; profundo, pero sin pesadez académica. Un título recomendadísimo para quienes quieran redescubrir la Edad Media sin filtros ni adornos.
Juanjo Melgarejo (Torrevieja – 1990) Corrector de profesión. Lector empedernido, guarda en su cajón varias novelas, anhelando que algún día vean la luz.
