¿Cómo hablar de Voces de Chernóbil sin caer en el catastrofismo? ¿Sin parecer un sensiblero o un conspiranóico? No se puede. No. Svetlana sabía lo que hacía cuando reunía estos relatos –monólogos los llama ella, aunque haya parcelas de diálogo o apuntes dramáticos– y los lanzaba al mundo. Lo que no sabía, quizá, es queSigue leyendo «Voces de Chernóbil»