11 de octubre de 2024
43, Escultura impermanente, 2017, tinta y acuarela sobre papel, 90 x 110 cm, colección Juan Carlos Verme, Perú

La exposición individual de la artista Rita Ponce de León, titulada «Escultura impermanente», fue presentada en 2017 como parte del Proyecto AMIL en Lima. Este trabajo se destacó por su carácter inmersivo, creando un entorno completo que desdibujaba las fronteras tradicionales entre el dibujo y la escultura. En lugar de tratarse de piezas aisladas, la muestra ofrecía una experiencia integral que envolvía al espectador, generando una atmósfera de reflexión sensorial y conceptual. Entre los elementos más destacados de la exposición se encontraba un imponente dibujo sin enmarcar que flotaba suspendido en el espacio, invitando al espectador a contemplarlo desde múltiples ángulos. La obra parecía desbordarse de su formato tradicional, emulando la tridimensionalidad que asociamos comúnmente con la escultura.
Además de este gran dibujo, la muestra incluía murales de gran formato, obras sobre papel enmarcadas y una notable estructura de madera que dividía el espacio expositivo. Esta última, titulada ¿Cómo desaparecer una puerta?, no solo funcionaba como una pieza escultórica, sino que también interpelaba al espectador sobre el concepto de los límites, tanto físicos como simbólicos, en los espacios que habitamos. El título en sí sugiere una interrogante cargada de ambigüedad: la puerta, generalmente vista como un pasaje, se transforma en una metáfora de la barrera o el umbral, evocando cuestiones sobre la permeabilidad de los límites entre el individuo y su entorno.
La obra de Ponce de León en esta exposición se inspiraba profundamente en el butoh, una técnica japonesa de danza contemporánea que subvierte la noción del cuerpo como vehículo para presentarlo como un contenedor de experiencias. Este enfoque resuena en su dibujo a tinta y acuarela, donde una multitud de cuerpos entrelazados conforma un mar de figuras. Estos cuerpos, lejos de ser simples representaciones individuales, se funden en una masa colectiva, evocando la idea de una escultura impermanente, un concepto que remite tanto a lo efímero como a lo mutable del cuerpo humano y su interacción con el espacio y las estructuras sociales que lo condicionan. La fluidez de las formas sugiere el desplazamiento, la transformación constante y la fugacidad de la experiencia corporal, invitando a reflexionar sobre cómo los cuerpos navegan y se adaptan dentro de las arquitecturas físicas y sociales.

Rita Ponce de León (Lima, Perú, 1982)

La trayectoria formativa de Rita Ponce de León (Lima, Perú, 1982) es igualmente reveladora para entender su propuesta artística. Tras estudiar Artes Visuales en Lima y completar su formación en la prestigiosa Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda en Ciudad de México, su obra se ha nutrido de una profunda vinculación con el contexto latinoamericano, tanto en lo social como en lo estético. Su práctica, predominantemente orientada al dibujo y la instalación, explora con sutileza la interacción entre las personas y su entorno, enfatizando los encuentros entre el ser humano y los espacios que habita. Este interés por el encuentro no es solo físico, sino también emocional y psicológico; su obra invita a una participación activa del espectador, quien a menudo se convierte en el elemento final que completa la obra.
Ponce de León juega con el imaginario colectivo que subyace a los espacios y tiempos históricos, confrontando al espectador con sus propias percepciones del entorno. En su propuesta, las piezas no son objetos inmutables, sino que cobran vida y sentido a través de la interacción directa. De esta manera, el espectador deja de ser un observador pasivo para convertirse en un partícipe necesario, generando un diálogo entre la obra, el espacio y el cuerpo que la transita. Su obra, por tanto, es un continuo experimento sobre los modos en que los cuerpos y las conciencias se encuentran, se confrontan y se transforman dentro del marco de lo cotidiano y lo social.

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