Doctor Sueño

Doctor Sueño - Stephen KingStephen King es uno de esos autores que lleva buen ritmo a la hora de publicar su novelas. Su rutina como escritor le lleva a dedicarle a la tarea unas ocho horas diarias y un mínimo de tres mil palabras según nos confesaba en Mientras Escribo (On Writing,  2000). De ese modo se puede explicar que, una vez habituado a un ritmo y a un estilo, si se tienen buenas ideas, sea sencillo plasmarlas sobre el papel y, de eso, creo que el maestro del terror anda sobrado. Es cierto que tiene muchos detractores e incluso algunos lo tildan de mal escritor. En fin, para gustos…

Doctor Sueño (Doctor Sleep, 2013), es su última novela publicada en nuestro país. En castellano, eso sí, porque ya tenemos nuevo libro en inglés pululando desde junio por las librerías de casi todo el planeta: Mr. Mercedes. Pero en tanto nos llega la oportunidad de leerlo en nuestro idioma materno, al menos el mío, regodeémonos en sus anteriores trabajos, en este caso, el último editado en España. En la promoción de Doctor Sueño, se presenta la novela como «la esperada continuación de El Resplandor», algo que no deja de ser mero marketing, porque, a mi parecer y creo que al de muchos, su precuela era una novela redonda y bien cerrada, cuyas posibles consecuencias postreras se consideraban insignificantes una vez concluida la trama. Además, no es necesario leer El Resplandor para seguir la historia de Danny Torrance, hijo de Jack Torrance, el escritor alcohólico que se vuelve loco entre las paredes del Overlook Hotel. Quien sugiriera lo contrario, mentiría. En la novela hay referencias, sí, pero son superfluas. Vamos, que no son clave para enterarse de lo que atañe al protagonista. Digamos que lo acontecido en aquella época pretérita que se narra en El Resplandor se usa más bien como excusa para justificar la psicología, con sus vicios y virtudes, de Danny Torrance que como base sobre la que apoyar la historia actual.

Huelga decir que me encanta King. Y no es solo por su forma de narrar, que muchos aborrecen, sino por la originalidad de sus historias a las que sabe dotar de una creatividad increíble y un dinamismo, por lo general, envidiable. Por eso tal vez no pueda ser demasiado objetivo; tampoco lo pretendo, al fin y al cabo, se trata de una opinión personal.

Podemos decir que Doctor Sueño no es una continuación o una segunda parte per sé, sino una novela que tiene puntos comunes con aquella otra escrita décadas atrás. Es una historia que se puede leer al margen de su antecesora. Adolece de un toque más fantástico que terrorífico, punto que la aleja aún más de El Resplandor. Y, a mi parecer, tampoco es tan buena. Posee giros bastante buenos e impredecibles, se lee rápido, engancha y resulta entretenida, lo cual la hace aceptable aún no siendo lo mejor que King haya escrito.

Es la historia de Danny Torrance y de cómo sobrelleva su vida merced a su «don» que le dota de una mente preclara, así como de su relación con el mundo a través de ese prisma. También es la historia de una organización de vampiros energéticos que se alimentan de niños. Y, aunque podría haberse explotado un poco más, algunos de sus personajes, como Rose la Chistera o la niña llamada Abra, hacen que la historia sume puntos.

Como anécdota, Stephen King confiesa en sus notas de autor que tuvo que recurrir a un experto fan que conociera a fondo los detalles de El Resplandor para no meter la pata al escribir Doctor Sueño. A mí me ha gustado y entretenido. Eso sí, las conclusiones siempre son y serán personales.

Víctor Morata Cortado

DOCTOR SUEÑO de Stephen King // Título original: DOCTOR SLEEP / Traducción: José Óscar Hernández Sendín / Editorial: PLAZA & JANÉS / Género: Narrativa / Páginas: 608 / ISBN: 9788401354809 / Año 2013

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Puertas al Jazz

Bienvenidos a El último refugio, lugar que pretende dar cobijo a aquellos con afición e interés por temas culturales variados, en especial cine y música. Pretendo que sean colaboraciones amenas y amables aunque no siempre se puede garantizar…

Arrancamos con música.

John Coltrane
John Coltrane

Es muy discutible si un melómano nace o se hace. Normalmente factores como el entorno familiar, la influencia de los amigos y la curiosidad son decisivos. Todo esto no basta si no hay una predisposición innata a que las notas te lleguen y la música te emocione. Como es obvio, todo proceso requiere una iniciación, seguimiento y maduración. Lógicamente, habrá casos excepcionales pero, lo habitual, es llegar al Jazz tras un largo proceso de formación y afinación del oído. 

En mi caso, fue una experiencia casi forzada por mi profesión. Aficionado y conocedor, puedo decirlo sin rubor, de numerosos estilos y sensibilidades musicales, llegó un momento en que se hacía necesario aprender algo de esa música que nos suele parecer poco accesible e incluso molesta en la juventud. El Jazz.

Como muchas cosas en la vida, el cauce natural suele ser el más apropiado. Simplemente me dirigí a un especialista en el amplísimo espectro musical que representa el Jazz. Le expuse más o menos lo que he dicho. Había oído pero no escuchado, al menos no con especial atención, discos de jazz. En concreto había seguido por influencia paterna a algunos crooners pero en sus versiones más pop y asequibles. El citado experto no se inmutó. Puso en mis manos el inconmensurable, descubriría después, disco que grabaron para el sello Impulse John Coltrane y Johnny Hartman y diciendo: «escucha esto», se giró y siguió a lo suyo. Nunca se lo podré agradecer lo bastante.

Desde el primer momento, la gravísima voz de Hartman me sorprendió y cuando, sin tiempo a reaccionar, apareció por el canal izquierdo del equipo el saxo tenor de Coltrane, comprendí que algo nuevo se abría para mí y que la vida, a veces, te regala belleza de forma inesperada. Las tres primeras canciones me dejaron atónito ya en la primera escucha. Afinando más y con unas cuantas repeticiones, el disco pasó a ser una de mis grabaciones de cabecera y, probablemente, uno de los más reproducidos por mi veterana cadena Hi-Fi.

Portada de su disco para Impulse
Portada de su disco para Impulse

Pretendo animar a los que tengan ganas de experimentar y asomarse al fantástico universo del jazz, recomendando tres discos que pueden ser una entrada suave para que luego, cada cual a su ritmo y a tenor de la experiencia vivida, vaya avanzando en él. Son discos asequibles y encontrables, protagonizados por leyendas.

Ella Fitzgerald y Louis Armstrong
Ella Fitzgerald y Louis Armstrong

Vamos con el segundo. Se trata de un trabajo conjunto de dos de las más grandes figuras que el género ha dado. Uno tocando y la otra cantando. Son Louis Armstrong y Ella Fitzgerald. El título no puede ser más claro «Ella y Louis». Suficiente para saber el nivel de calidad, talento y alma que tienen las once interpretaciones que hacen de standards del clásico songbook americano. 

Alternando estrofas cantadas por cada uno de ellos o repartiéndose los momentos brillantes en la parte instrumental y vocal, la mezcla funciona a la perfección.

Desde el arranque y como una declaración de intenciones con «Can’t we be friends?» hasta el final con «April in Paris», pasamos por momentos de swing contagioso, melancolía contenida, ternura sin fin y la alegría que transmite su suavidad a pesar de la ronca y entrañable voz de Louis. El que no se emocione con «Stars fell on Alabama» o no disfrute mirando por la ventana en un día lluvioso con «A foggy day», no tiene corazón, la verdad. En fin, un disco que se ha de tener. La grabación para el sello Verve datada en 1956, cuenta por si faltaba algo con el piano de Oscar Peterson, uno de los mayores prodigios de este instrumento aplicado al jazz.

La tercera sugerencia da un poco de pena pero es necesaria. Se trata de Chet Baker. Joven y atractivo muchacho que irrumpió en la escena del jazz en los años 50 trompeta en ristre y que acabó, lamentablemente, derrotado por sus adicciones y muy perjudicado físicamente. Pero ésa es otra historia. La que nos interesa es que uno de sus discos puede servirnos de entrada al mundo del Jazz con alegría y vigor ordenado. Propongo «Chet Baker Sings». En él, como dice el título, Baker toca y canta. La voz no era su fuerte pero se complementa muy bien con su manera rápida de tocar y piezas como «Let’s get lost» o «But not for me» nos activan rápidamente. Dotado de una sensibilidad infinita para su instrumento, las baladas como «My funny Valentine» toman otro sentido. La primera vez, son según las versiones hasta 20 temas, es recomendable dosificarlo pero al poco, se lo traga uno enterito e incluso lo pone en bucle…

Chet Baker
Chet Baker

Creo que estos tres discos, indiscutibles en mi opinión, pueden servir para el propósito que planteo: entrar con buen pie en la escucha de discos de Jazz sin que nos mareen mucho las improvisaciones y solos de otros estilos del género a los que considero se llega con mejor predisposición tras este entrenamiento y la búsqueda personal que cada uno haga.

¡Que lo disfrutéis!

José A. Valverde

Novedades Noviembre

DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (23ª ED.)

El Diccionario de la RAE es la obra de referencia para más de 500 millones de hablantes de español en todo el mundo.La nueva edición del Diccionario, revisado en profundidad, alcanza las 93 000 entradas. Junto a la eliminación de términos muy locales u obsoletos, incorpora nuevos términos que se han generalizado en nuestra lengua.

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

S.L.U. ESPASA LIBROS, 2014

ISBN 9788467041897

SOY LEYENDA

Para celebrar el sexagésimo aniversario de la primera edición de este clásico del terror, Minotauro publica una edición especial limitada y numerada. Incluye el guión cinematográfico que la productora Hammer encargó al propio Matheson y que finalmente no llegó a realizarse debido al rechazo de la censura. También incluye un prólogo de Matheson hablando sobre las diferentes adaptaciones cinematográficas de su obra. Éste es un perturbador relato sobre la soledad y el aislamiento y una reflexión sobre los binomios como normalidad y anormalidad, bien y mal, que se evidencian como una mera convención derivada del temor y el desconcierto ante lo diferente.

RICHARD MATHESON

MINOTAURO, 2014

ISBN 9788445002292

ECLIPSE

Una magistral fábula contemporánea sobre el pasado, la paternidad y el amor. El famoso actor Alexander Cleave ha regresado al hogar de su infancia para recuperarse de la crisis nerviosa que ha sufrido sobre las tablas, pero no imagina lo que le espera. Dos nuevos inquilinos se unen a una avalancha de recuerdos perturba dores para obligarle a afrontar el caos de su vida.

JOHN BANVILLE

ALFAGUARA, 2014

ISBN 9788420418322

NOTICIAS FELICES EN AVIONES DE PAPEL

Es un día cualquiera de un verano de finales de los años ochenta, y Bruno, con quince años recién cumplidos, sube a desgana los peldaños de una escalera; arriba, en el segundo piso, le espera la señora Pauli, una viejecita que aun lleva los labios pintados de carmín… Bien mirado, hoy no es un día cualquiera porque la señora Pauli ha tenido una gran idea: lanzar aviones de papel cargados de buenas noticias desde su balcón.

JUAN MARSÉ

LUMEN, 2014

ISBN 9788426401694

Pollo al Vinalopó

cocinillas
“Bodegón con figuras”. Anónimo, taller toscano (1625)

Inauguraré este humilde “librito de recetas” con uno de los platos preferidos de mi hija: “Pollo al Vinalopó”. 

Ingredientes para 3 ó 4 personas:

Un pollo,(a ser posible campero), dos cabezas de ajos blancos, 1 kg. de uva moscatel o del Vinalopó (uva preferiblemente muy dulce), un manojo de perejil, sal y aceite.

Preparación:

En un recipiente hondo se echan los dientes de ajo que previamente hemos sacado y pelado de las dos cabezas, el perejil (un gran manojo, grande y saludable), sal (tres buenos puñados) y aceite (tres cuartos de un vaso de agua). Todo esto se tritura con la batidora hasta hacer de ello una masa uniforme de color verde, pastosa y densa. El mejunje estará muy salado y sabrá mucho a ajo, no hay que preocuparse por eso,… significará que estamos haciendo las cosas bien.

El pollo (debe estar troceado, como para freírlo) lo ponemos en la bandeja que posteriormente meteremos en el horno (preferiblemente de cristal y con bastante fondo ) y lo embadurnaremos con la pasta que con anterioridad hemos triturado. Mezclaremos bien todo el pollo con esa crema, sin miedo.

En un bol aparte ponemos la uva lavada y desgranada de su ramaje y la pasamos por una licuadora (o bien por una batidora), filtrándola después con un colador para que no queden restos de pepitas o de hollejo.

El zumo de uva que hemos conseguido lo volcamos encima del pollo embadurnado.

Mientras que estamos haciendo todo esto, ponemos el horno a precalentar a unos 220 º durante unos quince minutos, o el tiempo que necesite para llegar a esa temperatura.

Una vez conseguido el horno su temperatura metemos la bandeja con el pollo dentro del mismo, y esperamos a que se cocine durante 40 minutos aproximadamente. Cuando lleve unos quince minutos, más o menos, debemos darle la vuelta a los trozos de carne para que se doren por todos los lados. No se debe añadir nunca agua al preparado, puesto que de haberse hecho todo correctamente debe ser suficiente el caldo que hemos conseguido con la uva.

NOTA: Cada cual conoce su horno, los tiempos de cocción y demás, el tiempo que pongo de duración del “horneo» es aproximado.

José Antonio Castro Cebrián