19 de abril de 2025

«(Y hacen mutis por la puerta del foro. PAULA sigue en su misma actitud pensativa. Y ahora, por la izquierda, entra DIONISIO con ojos de haber dormido. Y se fija en PAULA, a la que es posible que se le hayan saltado las lágrimas, de soberbia.)

DIONISIO. ¿Está usted llorando?

PAULA. No lloro.

DIONISIO. ¿Está triste porque no he venido? Yo estaba ahí durmiendo con unos amigos… (PAULA calla.) ¿Ha reñido usted con ese negro? ¡Debemos linchar al negro! ¡Nuestra obligación es linchar al negro!

PAULA. Para linchar a un negro es preciso que se reúna mucha gente…

DIONISIO.   Yo organizaré una suscripción…

PAULA. No.

DIONISIO. Si a mí no me molesta…

PAULA. (Con cariño.) Dionisio…

DIONISIO. ¿Qué?

PAULA. Siéntese aquí…,conmigo…

DIONISIO. (Sentándose a su lado.) Bueno.

PAULA. Es preciso que nosotros seamos buenos amigos… ¡Si supiese usted lo contenta que estoy desde que le conozco…! Me encontraba tan sola… ¡Usted no es como los demás! Yo, con los demás, a veces tengo miedo. Con usted, no. La gente es mala…, los compañeros del Music-Hall no son como debieran ser… Los caballeros de fuera del Music-Hall tampoco son como debieran ser los caballeros… (DIONISIO, distraído, coge la carraca que se quedó por allí y empieza a tocarla, muy entretenido.) Y, sin embargo, hay que vivir con la gente, porque si no una no podría beber nunca champaña, ni llevar lindas pulseras en los brazos… ¡Y el champaña es hermoso… y las pulseras llenan siempre los brazos de alegría!… Además es necesario divertirse… Es muy triste estar sola… Las muchachas como yo se mueren de tristeza en las habitaciones de estos hoteles… Es preciso que usted y yo seamos buenos amigos… ¿Quieres que nos hablemos de tú…?

DIONISIO. Bueno. Pero un ratito nada más…

PAULA. No. Siempre. Nos hablaremos de tú ¡siempre! Es mejor… Lo malo…, lo malo es que tú no seguirás con nosotros cuando terminemos de trabajar aquí… Y cada uno nos iremos por nuestro lado… Es imbécil esto de tener que separarnos tan pronto, ¿verdad…? A no ser que tú necesitaras una partenaire para tu número… ¡Oh! ¡Así podríamos estar más tiempo juntos…! Yo aprendería a hacer malabares, ¿no? ¡A jugar también con tres sombreros de copa!».

Tres sombreros de copa (Miguel Mihura Santos, 1932)

Miguel Mihura Santos (Madrid, 1905-1977), fue escritor, periodista, caricaturista, pero ante todo dramaturgo. Inició su carrera artística hacia 1923 como dibujante humorístico, fundando unos años después, junto a su amigo «Tono», el humorista Antonio Lara de Gavilán, el semanario humorístico La Ametralladora (1936-1939); terminada la guerra civil española se encargó de la dirección de La Codorniz, hasta 1947. Anterior al estreno de Tres sombreros de copa (1932) en 1952, Mihura ya había montado varias piezas teatrales y había conseguido una más que considerable audiencia en España, pero no fue hasta ese año, y con esa obra, cuando se consagrara como autor teatral, recibiendo el premio Nacional de Teatro. Entre sus piezas destacan: Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario (1943; compartiendo autoría con «Tono»), El caso de la mujer asesinadita (1946; con A. De Laiglesia), El caso de la señora estupenda (1953), Sublime decisión (1955), Mi adorado Juan (1956), Carlota (1957), Melocotón en almíbar (1958), Maribel y la extraña familia (1959-1960), premio Nacional de Teatro, El chalet de madame Renard (1961), Las entretenidas (1962), La bella Dorotea (1963), Ninette y un señor de Murcia (1964), por la que obtuvo el premio Calderón de la Barca, La tetera (1965) y Solo el amor y la luna traen fortuna (1968). En 1972 le fue concedido el premio Cortina por su labor como autor teatral, y un año antes de su muerte, en 1976, fue también elegido por la Real Academia Española como miembro de número.

Deja un comentario

Copyright ©2009-2025 LaJUnglaDElasLETras