«Cruzaba las nubes, águila refulgente, con las poderosas alas perladas de rocío, fijos los ojos de presa en la niebla solar, dormido el corazón en dulce aburrimiento al amparo del pecho forjado en tempestádes; en derredor, el silencio que hacen los rumores remotos de la tierra, y allá en lo alto, en la cima del cielo, dos estrellas mellizas derramando bálsamo invisible. Desgarró el silencio un chillido estridente que decía: “¡La Correspondencia!…” Y vislumbró Augusto la luz de un nuevo día. “¿Sueño o vivo? ––se preguntó embozándose en la manta––. ¿Soy águila o soy hombre? ¿Qué dirá el papel ese? ¿Qué novedades me traerá el nuevo día consigo? ¿Se habrá tragado esta noche un terremoto a Corcubión? ¿Y por qué no a Leipzig? ¡Oh, la asociación lírica de ideas, el desorden pindárico! El mundo es un caleidoscopio. La lógica la pone el hombre. El supremo arte es el del azar. Durmamos, pues, un rato más.” Y diose media vuelta en la cama».
Niebla (Miguel de Unamuno, 1914)
Miguel de Unamuno y Jugo nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864. Escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. Novelista, ensayista, dramaturgo y poeta. Todo a la par. Además, también ejerció como diputado del Congreso de los Diputados de 1931 a 1933 por la circunscripción de Salamanca. También como rector de la Universidad de Salamanca en tres ocasiones, última de ellas en la que fue destituido por orden de Franco. Sus primeras letras las aprendió con Don Higinio en el colegio privado de San Nicolás, en la buhardilla de la calle del Correo. Al acabar sus primeros estudios allí, y antes de entrar al instituto para cursar el bachillerato, vivió diversos episodios bélicos que le marcaron en ese tránsito de la infancia a la adolescencia y que reflejó en sus obras. Sobrepasó el bachillerato sin excelencias y se trasladó a la Universidad de Madrid donde, a los diecinueve años, finalizó sus estudios de Filosofía y Letras con sobresaliente. Al año siguiente se doctoró con una tesis sobre lengua vasca y comenzó a trabajar en un colegio. También entonces publicó sus primeros artículos. como profesor de latín y psicología. Su vida estuvo fuertemente ligada a la política, lo cual le condujo a su destitución en 1914 del rectorado por razones políticas, condenado a dieciséis años de prisión (que no llegó a cumplir) en 1920 por injurias al Rey y desterrado a Fuerteventura en 1924. Meses después fue indultado, pero Unamuno de desterró voluntariamente a Francia hasta 1930, año en que volvió con un recibimiento apoteósico a Salamanca. Al inicio de la Guerra Civil, apoyó a los rebeldes, lo que, años más tarde y después de muchos sinsabores, le supuso pasar sus últimos meses de vida bajo arresto domiciliario en un estado de resignada desolación, desesperación y soledad. Murió repentinamente en la tarde del 31 de diciembre de 1936 en su propia casa. Se le conoce por obras tales como: Paz en la guerra (1895), La Esfinge (1898), La venda (1899), El espejo de la muerte (1913), Del sentimiento trágico de la vida (1913), Niebla (1914), El Cristo de Velázquez (1920), La tía Tula (1921), Andanzas y visiones españolas (1922) o El otro (1932).
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