11 de octubre de 2024

«Extravagante deidad, oscura como las noches,

Con perfume mezclado de almizcle y de habano,

Obra de algún obi, el Fausto de la sabana,

Hechicera con ijares de ébano, engendro de negras mediasnoches,

Yo prefiero a la constancia, al opio, a las noches,

El elixir de tu boca donde el amor se pavonea;

Cuando hacia ti mis deseos parten en caravana,

Tus ojos son la cisterna donde beben mis hastíos.

Por esos dos grandes ojos negros, tragaluces de tu alma,

¡Oh, demonio sin piedad! vierte sobre mí menos fuego;

Que no soy el Estigio para abrazarte nueve veces,

¡Ay! y no puedo, Megera libertina,

Para quebrar tu coraje y dejarte en las últimas,

En el infierno de tu lecho volverme Proserpina».

Sed non satiata, Las flores del mal (Charles Baudelaire, 1857)

Charles Pierre Baudelaire nació en París, Francia, el 9 de abril de 1821. Fue novelista, ensayista y poeta. Fue crítico de arte, poeta y traductor. Considerado poeta maldito por la visión del mal que rezuma en su obra, así como por su vida bohemia llena de excesos. Sus influencias más notorias fueron las de Théophile Gautier, Joseph de Maistre y, especialmente, Edgar Allan Poe, cuya obra tradujo con frecuencia. Su padre, ex-sacerdote, murió cuando él apenas contaba con 6 años y su madre se volvió a casar por conveniencia con un vecino militar menos de dos años después; la suma de ambos sucesos provocó un cambio drástico en la actitud del joven Baudelaire, que nunca aceptó aquello y sufrió un fuerte impacto emocional. Siguió sus estudios en diversas escuelas hasta que en 1840 se inscribe en la Facultad de Derecho. Son entonces frecuentes sus visitas a la juventud literaria del Barrio Latino, donde conoce a Gustave Levavasseur, Ernest Prarond, Gérard de Nerval, Sainte-Beuve, Théodore de Banville, Balzac y Louis Ménard, entre otros. Su adicción a las drogas y al ambiente bohemio le derivan hacia una vida despreocupada y constantes discusiones con su familia. También comienza a frecuentar los prostíbulos, donde contrae la sífilis. Su vida libertina y su rechazo a entrar en la carrera diplomática, hacen que su padrastro lo embarque con destino a los Mares del Sur, en compañía de comerciantes y oficiales del Ejército. Aquel viaje, que debía durar 18 meses, duró mucho menos para Baudelaire, que regresó antes de tiempo a Francia y retomó las insanas costumbres por las cuales había sido embarcado. Empezó entonces a frecuentar los círculos literarios y artísticos. Su relación con la hermosa y joven mulata Jeanne Duval, con la que mantenía relaciones, escandalizó a todo París. Destacó como crítico de arte. La publicación de Las flores del mal terminó de desatar la violenta polémica que giraba en torno a su persona y sus versos fueron considerados “ofensas a la moral pública y las buenas costumbres”, por lo cual fue procesado. En 1864 se traslada a Bruselas, donde residirá durante dos años mientras intenta ganarse la vida, en vano, dictando conferencias sobre arte. La sífilis que padecía comenzó a mostrar su sintomatología más violenta con severos grados de afasia y hemiplejía, que ya no abandonaría hasta su muerte en París, el 31 de agosto de 1867. Se le conoce por obras tales como: Las flores del mal (1857), El Salón de 1859 (1859), Los paraísos artificiales (1860), Pequeños poemas en prosa o Spleen de París (1862), El Pintor de la vida moderna (1863), Los despojos (1866) o Curiosidades estéticas (1868).

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