Entremés: «Ciudad de cristal» de Paul Auster

«Nueva York era un espacio inagotable, un laberinto de interminables pasos, y por muy lejos que fuera, por muy bien que llegase a conocer sus barrios y calles, siempre le dejaba la sensación de estar perdido. Perdido no sólo en la ciudad, sino también dentro de sí mismo. Cada vez que daba un paseo se sentía como si se dejara a sí mismo atrás, y entregándose al movimiento de las calles, reduciéndose a un ojo que ve, lograba escapar a la obligación de pensar. Y eso, más que nada, le daba cierta paz, un saludable vacío interior. El mundo estaba fuera de él, a su alrededor, delante de él, y la velocidad a la que cambiaba le hacía imposible fijar su atención en ninguna cosa por mucho tiempo. El movimiento era lo esencial, el acto de poner un pie delante del otro y permitirse seguir el rumbo de su propio cuerpo. Mientras vagaba sin propósito, todos los lugares se volvían iguales y daba igual dónde estuviese. En sus mejores paseos conseguía sentir que no estaba en ningún sitio. Y esto, en última instancia, era lo único que pedía a las cosas: no estar en ningún sitio. Nueva York era el ningún sitio que había construido a su alrededor y se daba cuenta de que no tenía la menor intención de dejarlo nunca más».

Ciudad de cristal (Paul Auster, 1985)

Paul Auster foto JunglaPaul Auster nació en Newark, Nueva Jersey, el 3 de febrero de 1947. Empezó a escribir a la temprana edad de 12 años gracias a la influencia de su tío, que era traductor. Estudió literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia de Nueva York. Sus primeros trabajos fueron como traductor de autores franceses como Jacques Dupin y Andre du Bouchet. Una vez acabados sus estudios, se trasladó a París, donde evitó su participación en la Guerra de Vietnam. Durante una década intentó introducirse, sin éxito, en el mundo del cine y también escribió artículos para algunas revistas. Sin embargo, no fue hasta 1976 –publicada seis años después bajo el pseudónimo de Paul Benjamin– que escribió su primera novela (autobiográfica): Jugada de presión (Squeeze Play). No tuvo apenas repercusión y padeció serias dificultades económicas. Ambos aspectos cambiaron tras la muerte de su padre, la cual le proporcionó una herencia que alivió sus deudas y apuros y, además, le inspiró La invención de la soledad (The Invention of Solitude, 1982). Desde 1990 ha sido premiado una decena de veces con galardones de prestigio y también fue, a merced de este reconocimiento, que por fin pudo flirtear con el cine. Franz Kafka y Samuel Beckett son algunos de los iconos literarios que más influyeron en su obra. Actualmente vive en Nueva York. Se le conoce por obras tales como: La trilogía de Nueva York: compuesta por Ciudad de Cristal, Fantasmas y La habitación cerrada (The New York Trilogy: City of Glass, 1985; Ghosts, 1986; The Locked Room, 1986), El palacio de la luna (Moon Palace, 1989), Leviatán (Leviathan, 1992), Brooklyn Follies (The Brooklyn Follies, 2005) o Sunset Park (Sunset Park, 2010).

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