Lo que siempre me ha sorprendido de Nueva York ha sido su capacidad para la reinvención.

Cuando vivía allí, los sábados era el día en el que visitaba un museo, una exposición en alguna galería de arte, o recalaba por los alrededores de Times Square, saltando de marquesina en marquesina en la Avenida de Broadway, una de las avenidas más conocidas de la ciudad, para ver in situ que obras de teatro, musicales, óperas, etc., se cocinaban en la Gran Manzana en ese fin de semana en concreto. Residí en Nueva York dos años, exactos, y si hacemos la cuenta de la vieja, significa que tuve la suerte de disfrutar unos ciento cuatro sábados en la ciudad de los rascacielos, más o menos. Pues bien… quizá las cifras no sean exactas pero sí muy aproximadas…, estoy totalmente convencido de que no repetí ni una sola vez exposición o espectáculo en esos ciento cuatro sábados.

Todo el mundo conoce la terna de museos de Nueva York: el MoMA, el Metropolitan y el Guggenheim. El MoMA, Museo de Arte Moderno de Nueva York, es el centro de arte moderno más prestigioso e importante del mundo; allí descansan obras universales de Picasso o Van Gogh, entre otros muchos, y continuamente acoge interesantes exposiciones de otros genios de la pintura, escultura o arquitectura, vivos o muertos. En el Metropolitan se albergan verdaderos tesoros de las culturas clásicas, destacando la zona dedicada a los romanos y egipcios, amén también de disponer de numerosas pinturas de artistas de la talla de Monet o Rembrandt. Y dentro de las paredes del Museo Guggenheim (ya el mismo edificio es una obra de arte) nos encontrarnos con una colección de obras impresionantes, obras de autores como Mondrian, Picasso, Van Gogh, Manet o Chagall…

Sólo con visitar estos tres museos, a conciencia, tendríamos para ocupar los ciento cuatro sábados de asueto… Pero Nueva York es la capital de arte del mundo, y en sus entrañas conviven más de mil galerías de arte.

Barrios enteros se han convertido en referencia obligada para los amantes de la cultura fuera de lo convencional, como el de Bushwick, en el norte de Brooklyn, donde se dan cita y conviven cientos de artistas, o el de Chelsea, el distrito más importante de la ciudad con más de quinientas galerías de arte, convertido en un centro global y mundial del arte contemporáneo y de la nueva arquitectura, o el distrito de Meatpacking, antigua zona destinada al tratamiento y distribución de carne, reconvertida en el barrio de referencia de los coleccionistas de arte y diseñadores de fama internacional…
De Cebrián e Illescas
Y ahora con cuáles museos te desahogas?
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Disculpa la tardanza en contestar, pero es que hemos tenido problemas con el servidor…
A tu pregunta te diré que ahora vivo en Cuenca, y por lo tanto la oferta cultural en ese aspecto es muy distinta a la que viví aquellos años. Ahora vivo «enganchado» a los libros de arte y de vez en cuando «subo » a Madrid o a Valencia, o a cualquier otro lugar de Europa, a visitar alguna exposición itinerante o no. Una o dos veces cada dos o tres meses.
De Cebrián e Illescas
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Bueno, al menos tienes esa oportunidad. Éxitos!
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