«Mia Corvere ha encontrado su lugar en la Iglesia Roja, la famosa escuela de asesinos. La joven se halla entre los elegidos de la Señora del Bendito Asesinato, aunque muchos creen que no lo merece. Mia juró venganza pero aún no ha cumplido su palabra. Cuando sospecha que la propia Iglesia está impidiendo que acabe con el hombre que mató a su familia, se vende a sí misma a un reclutador de gladiadores para poder enfrentarse a él. En los pasillos del coliseo hace nuevas amistades y nuevos rivales, y empieza a preguntarse por su afinidad con las sombras. Pero a medida que se urden conspiraciones, se revelan secretos y arranca el recuento de cuerpos, Mia se ve obligada a elegir entre lealtad o venganza, y su elección será clave para la tierra en la que sus tres soles casi jamás llegan a ponerse».
Nuncanoche de Jay Kristoff fue toda una sorpresa, un regalo inesperado que me noqueó y me dejó tirado en la lona. Pero es que Tumba de dioses es aún más brutal, me ha tumbado en el primer asalto y casi me ha matado de placer. Como secuela funciona con un ritmo vertiginoso, es más rápido, y también más tétrico y oscuro. Sin embargo, hay lugar incluso para la belleza, el erotismo y el amor.
Sí, digamos que Tumba de dioses es mucho más sangriento que Nuncanoche y hay más lucha. Pero es que la venganza es un acto que tira de Mia irremediablemente hacia su destino y hacia esa especie de juego de gladiadores de su particular y extraño mundo.
Tumba de dioses prosigue la historia de Mia tras lo sucedido en Nuncanoche. Recuerdo que acabar aquel libro me dejó con la boca abierta y el corazón en un puño, ávido de más. Algo que ha cubierto con creces su secuela, aunque, irremediablemente, ha vuelto a hacerlo y me ha dejado de nuevo con la miel en los labios, deseoso de ver cómo acaba todo esto.
Mia ha aprendido. Se ha convertido en una asesina gracias a la Iglesia Roja y ha sido elegida como una de las mejores asesinas de la Señora del Bendito Asesinato. Ha crecido mucho desde el final de Nuncanoche y su desconfianza también lo ha hecho. Ahora tendrá que luchar a muerte en el foso donde el único camino para sobrevivir es la muerte y el derramamiento de sangre. Ella lo sabe, lo acepta y lo asume. Su destino la pone entre la espada y la pared, en lo más emocional, en lo más crudo.
Si Jay Kristoff se defiende bien en algo es sin duda en su capacidad para mostrar en lugar de explicar. Eso es algo que salta a la vista y que ya pudimos apreciar en Nuncanoche. Su capacidad para exponer la sexualidad de Mia sin decirlo abiertamente es tan ambigua como explícita, algo que le da veracidad y coherencia al relato. En Tumba de dioses es un concepto sobre la vida de Mia Corvere sobre el que se excava profundo con sutileza y gran belleza. Para mí es un gran personaje, con mucha fuerza y personalidad. Porque a pesar de intentar mantenerse en un estado neutro, se le adivina esa inteligencia, esa belleza interior, esa nobleza y fortaleza que va más allá de lo que su bello rostro muestra.
Tumba de dioses es un libro tan oscuro o más que Nuncanoche y se prevé que Darkdown –aún no sé cómo lo traducirán a nuestro idioma– lo sea aún más para culminar la trilogía de Las crónicas de Nuncanoche. Hay contenido sexual explícito, violencia, asesinatos, abuso infantil, esclavitud, sangre, mucha sangre. Es duro y cruel, emocionalmente intenso y escabroso. Y, sin embargo, maravilloso. Una obra de fantasía genial y fresca. Me gusta mucho como escribe Kristoff y también lo que nos ofrece. Una de las mejores lecturas del año, sin lugar a dudas, que me mantuvo en el filo de la navaja durante horas, sin apenas levantar la vista de sus páginas. Nuncanoche me gustó mucho, pero Tumba de dioses me ha encantado.
Maxi Sabela Tornés
TUMBA DE DIOSES de Jay Kristoff / Título original: GODSGRAVE / Traducción: Manuel Viciano Delibano / Editorial: Plaza & Janés / Género: Novela / 560 páginas / ISBN: 9788401021251 / 2018