«Nigromante conjuga magistralmente fantasía con terror y elementos de ciencia ficción para crear un complejo universo ambientado en la Edad de Hierro. Entrerríos se está convirtiendo en una aldea inhabitable. Las cosechas son peores cada año, la caza escasea, la tierra está enfermando y pudriéndose, e incluso están empezando a aparecer muertos vivientes. Sus habitantes lo saben pero temen decirlo: un nigromante se ha asentado en La Entraña, al otro lado de las montañas, y está poniendo en peligro sus vidas. El hijo de Miles, jefe de la aldea, acaba de desaparecer, y un grupo de granjeros armados con poco más que cuchillos y martillos decidirán salir en busca del nigromante. Los granjeros se enfrentarán a un mal que apenas pueden comprender y mayor de lo que serían capaces de imaginar. De la energía mágica de la bruja Neana dependerá que puedan avanzar en su travesía».
A mí lo de los zombis y toda esa parafernalia de redivivos no me va mucho. Creo que nunca me ha atraído el género y acaso leí un par de libros cuando empezó a ponerse de moda pero ni fu ni fa. Por eso, Carlos Sisí era una apuesta alta con bastantes ingredientes para acabar defraudado. Sin embargo, no ha sido así en absoluto. Esta no es una novela de muertos vivientes.
Creo que hace un tiempo que Carlos Sisí está alejándose paulatinamente del género mencionado y ha hecho incursiones en otros géneros más abiertos, disfrutando y disponiendo de una mayor libertad creativa en cuanto a composición de lugar, personajes, tramas, etc. Ignoró la originalidad subyacente en sus otras obras, pero de lo que no hay lugar a dudas es que Nigromante rebosa de ella en todos y cada uno de sus capítulos.
Las de Nigromante son páginas llenas de magia y aventuras, fantasía y ciencia ficción. Hay tanto mestizaje de géneros aquí que, lejos de abrumar o saturar, hacen que la historia fluya con velocidad, dinamismo y diversión hacia el clímax. Es una novela en la que se nota el riesgo narrativo, en la que expone elementos difíciles de casar pero que, sin embargo, el autor consigue encajarlos con bastante eficacia.
Aunque he visto por ahí algún comentario negativo acerca del tratamiento que hace el autor de las mujeres, creo que ha sido malinterpretado, pues se aprecia un cambio notable en el papel que estas desempeñan en la novela, pasando de ser meros objetos a figuras inteligentes de cierta relevancia y poder. Hay una evolución visible a lo largo de la novela.
El terror también tiene su lugar en Nigromante, como no podía ser de otro modo. Carlos Sisí tiene mucho rodaje y ha transitado mucho por esos caminos. Si bien, no considero que sea lo que predomine en la trama.
Lo que sí hay en Nigromante es una historia muy bien hilada, con una intrahistoria también muy bien perfilada, tanto de sus personajes como de los lugares que los sostienen. A mí, que soy neófito en las lecturas de Sisí, me ha sorprendido para bien y mucho. Y qué decir de los diálogos, son geniales. Uno es capaz de verse como parte del grupo en una discusión, metiendo la cabeza y siguiendo esas conversaciones a las que no les falta ese punto de picardía y humor en numerosas ocasiones.
Las descripciones en Nigromante también son un punto a favor. A veces escuetas y precisas y, otras, más extensas y detalladas, se nota que no son fruto de un azar estilístico o una impronta que nace de la necesidad de vomitar lo primero que le viene al autor a la cabeza. Todo parece más medido de lo que a veces aparenta y de eso el lector se da cuenta muy de cuando en cuando mientras todos esos elementos van cuadrando en ese extenso puzzle de aventuras que se ha marcado Carlos Sisí. Así que sí, Nigromante es una novela que merece la pena leer. Y ver, porque las ilustraciones a cargo de Tomás Hijo son una pasada, son increíbles y tremendamente sugerentes; son la sal de Nigromante. Aunque, en términos generales, es una obra muy bien condimentada.
Lolino Jover
NIGROMANTE de Carlos Sisí / Editorial: Minotauro / Género: Novela / 442 páginas / ISBN: 9788445005354 / 2018