«El día en que Lucía pierde su empleo como programadora informática es también el día en que su vida va a dar un giro definitivo, tal vez por una sucesión de casualidades o tal vez porque ese era el destino que le estaba esperando desde su décimo cumpleaños. Como si de un algoritmo se tratara, Lucía establece los siguientes principios sobre los que basará su existencia futura: va a dedicarse a ser taxista; recorrerá las calles de Madrid -o tal vez Pekín- al volante de su taxi mientras espera pacientemente la ocasión de llevar en él a su vecino desaparecido, del que se ha enamorado, y todos los acontecimientos importantes para ella tendrán como banda sonora, a partir de ese momento, la ópera de Puccini Turandot, de la que se siente protagonista.
Lo cotidiano y lo extraordinario se entremezclan en esta novela de amor y terror protagonizada por un personaje femenino inolvidable. En ella están presentes todas las claves del universo narrativo de Millás: la ironía, el desdoblamiento del yo, las distintas facetas que componen la realidad, la soledad y la constatación de una verdad inmutable, la de que el espejo en el que miramos nuestras vidas nos devuelve, indefectiblemente, una perspectiva insólita ante la que solo cabe el más puro de los asombros.».
Mi relación con el autor de Que nadie duerma ha sido hasta ahora más bien inexistente. En su día leí Papel mojado, en época de instituto, y recuerdo que me dejó más frío que intrigado por su prosa. Siguiendo la recomendación de una amiga, decidí darle otra oportunidad. Eran otros tiempos y yo otro lector diferente, con motivaciones diferentes y un bagaje cultural diferente y precario. Creo que entonces no supe apreciar el estilo de Millás adecuadamente. Puede incluso que, el espíritu rebelde de esos días, sumado a la obligación de leer el libro fueran potentes condicionantes para que, de antemano, acabase por no gustarme e incluso desestimarlo.
El destino tiene caminos intrincados y es por esa suerte de caminos que he conseguido dar con lecturas sumamente interesantes que, de otro modo, habrían pasado del todo desapercibidas por mí. Que nadie duerma es una de esas novelas que habrían pasado sin pena ni gloria ante mis ojos. El prejuicio había creado una baja expectativa al respecto. Sin embargo, como ya he comentado en numerosas ocasiones, a veces, la expectativa juega un papel crucial a la hora de abordar una lectura y en el efecto que esta causa en el lector.
Que nadie duerma es una novela corta. Yo mismo la leí en un viaje de apenas dos horas y media. No podía dejarla. Me fue atrapando con su prosa, con esa estratégica superposición de detalles aparentemente sencillos pero contundentes que acaban por revelarse importantes y relevantes al final de la obra. Millás obra con maestría el desgaje de la protagonista, ahonda de forma sublime en su psicología y nos la muestra sin demasiado adorno. Tal cual. Y es esa naturalidad con la que la percibimos la que, al mismo tiempo, nos confunde y distrae. La que siembra la duda y el desconcierto y recoge un fruto podrido.
Que nadie duerma es la traducción de Nessun dorma del Turandot de Puccini. El nombre, así como el desarrollo de la historia y el peso de sus personajes, no es nada casual y tiene su relación con esta ópera. Todo el texto vibra en esa escala operística, con el mismo dramatismo, con idéntica fuerza hacia un clímax brutal. Millás arremete despacio, seguro, sin pausa hacia un final en un crescendo de vertigo que deja con la boca abierta. Así que sí, podemos decir que me equivoqué con Juan José Millás. Al menos, Que nadie duerma me ha reconciliado con su prosa y su obra y creo que es hora de reaprender el camino, leer lo obviado y darle una nueva oportunidad a su prosa. En ocasiones, una presión inadecuada puede obrar en detrimento del bien deseado. A veces, un buen consejo llevado a la práctica, puede corregir a tiempo un error del pasado. Lo cual vuelve a confirmarme que una mente abierta obra milagros. Sea como fuere, Que nadie duerma me ha gustado mucho.
Víctor Morata Cortado
QUE NADIE DUERMA de Juan José Millás / Editorial: Alfaguara / Colección: Hispánica / Género: Novela / 216 páginas / ISBN: 9788420432953 / 2018
Me encanta vuestra web, quería haceros una pregunta sobre este libro: ¿es adecuado para niños? Gracias por contestar
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Gracias. Nos alegra que te guste nuestro espacio. ¡A nosotros nos encanta que te encante! En respuesta a tu pregunta he de decirte que no, «Que nadie duerma» no es un libro apto para niños, en todo caso para adolescentes. Un saludo.
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