«En una calurosa mañana un agente especial del gobierno llega a Winslow, Arizona, y se reúne con una mujer para intercambiar información sobre un suceso inexplicable que ha ocurrido unos días antes. En un rancho cerca del mar de Salton el líder de un culto ofrece a sus seguidores algo en lo que creer: el futuro se aproxima y ellos van a participar en su llegada.Un día después de los acontecimientos en el rancho que inquietaron tanto al agente del gobierno como para buscar ayuda de» otras» fuentes, el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins pierde contacto súbitamente con una sonda interplanetaria de la NASA, que ha encontrado algo extraño más allá de la órbita de Plutón. Y una mujer que flota fuera del tiempo busca en el futuro y en el pasado respuestas que puedan salvar a la humanidad».
Me cuesta un poco hablar de Agentes de Dreamland. Quizá sea por lo críptico que resulta este texto o por el entrecruzamiento de conceptos complejos que abarca en tan pocas páginas sin seguir una linealidad temporal tradicional, ambos conceptos entorpecedores de una lectura poco atenta o centrada. Sea como fuere, no quiero que se tome mi puntuación como una sentencia, pues me ha gustado mucho la escritura de Caitlín R. Kiernan y también, aunque algo menos, la novela breve.
Y digo algo menos no porque no esté bien escrita, ni por los elementos de los que hablaba al respecto de distraerme de la lectura o llevarme por caminos que me han sustraído un poco de ella, sino porque creo que admite una segunda o incluso una tercera lectura a través de las cuales, quizá, pudiera, con más bagaje y más lecturas a mis espaldas, entender un poco mejor la obra y extraer esa información que persiste a la vista pero sólo un entendido es capaz de urdir en una trama tan meticulosa y, como digo, compleja.
Entresaco aquello que se relaciona con el área 51 y también con Lovecraft (no todo), lo concerniente a los viajes extracorporales y las invasiones del espacio, la presencia de los Antiguos y la existencia de otras dimensiones, pero es tanta la información expuesta de modo en el que lo está, que a veces he creído que me perdía parte de lo que no se contaba, sino de todo –que es mucho– de lo que más bien se insinuaba.
Como digo, a pesar de todo, he tenido dudas a la hora de calificar la obra, pues en algunos aspectos me ha parecido sobresaliente y en otros notable, pero en su conjunto creo que es una de esas novelas que me temo olvidaré en unos meses y me apena, porque creo que no es culpa de la autora, sino mía. Del mismo modo que lo es mi valoración. Diré en su favor que, lejos de tacharla de la lista de autores excluidos de futuras posibles lecturas, he incluido a Kiernan en aquella otra de imprescindibles seguir leyendo, pues creo que marca una linea clara del camino que está tomando –o lleva tomando de un tiempo a esta parte– la ficción literaria.
No os quedéis con lo que yo os digo. Merece la pena leer esta novela corta. Las impresiones son eso, impresiones. Y, como tales, dependen del tiempo y las circunstancias. Del ánimo y la receptividad. Y, como no, de la reciprocidad. Podría decir que esta novela me ha dado más a mí que yo a ella, pero me ha faltado más. Quizá en un futuro, una segunda lectura me merezca una mejor impresión. Estoy seguro de ello.
Víctor Morata Cortado
AGENTES DE DREAMLAND de Caitlín R. Kiernan / Título original: AGENTS OF DREAMLAND / Traducción: María Pilar San Román Navarro / Editorial: Alianza / Colección: Runas / Género: Novela / 128 páginas / ISBN: 9788491810735 / 2018