«Bob Howard es un geek reclutado a su pesar para trabajar en la Lavandería, una agencia ultrasecreta del gobierno británico encargada de proteger nuestro mundo de todo tipo de seres de pesadilla. Mientras sus compañeros se juegan la vida a diario enfrentándose a horrores innombrables, Bob se dedica al mantenimiento de los sistemas informáticos. Hasta que un día consigue un ascenso. En su nuevo puesto, además de lidiar con interminables reuniones de trabajo y montones de papeleo, Bob tendrá que tratar con nazis interdimensionales, terroristas, universos alternativos y antiguos horrores lovecraftianos para evitar el fin del mundo.»
Empezaré por alabar la labor literaria de Charles Stross, harto compleja y llena de conceptos no apropiados para mentes poco enrevesadas o dadas al simplismo, su estilo impecable e inmaculado y su prosa cargada de intención en los dos textos que componen este libro (tres si incluimos el epílogo), puesto que además de El archivo de atrocidades, Insólita Editorial ha querido sumar a esta publicación la novela corta ganadora del premio Hugo de 2005 La jungla de cemento. La historia de Bob, una especie de administrativo/hacker/informático desarraigado del mundo, comienza con una gran «cagada» que lo lleva a cambiar su situación laboral con respecto a la macroempresa secreta conocida como La Lavandería y, de ese modo, abandonar el tedioso cometido que tenía hasta ahora para pasar a formar parte del elenco activo de la agencia como agente de campo. Y si al principio lanzaba loas sobre la literatura de Stross, ahora me toca hablar también en contra por los mismo motivos, ya que esa prosa se hace demasiado densa a veces y se llena de tecnicismos, acrónimos, filosofías, etc. difíciles de seguir y que rompen la dinámica narrativa un tanto. Entiendo que es una apreciación personal sujeta a mis propios conocimientos sobre ciertos temas, pero, como lector, esa suma de palabras relacionadas con ciertos conceptos informáticos o matemáticos me han sobrepasado en numerosas ocasiones y han hecho que tuviera que detenerme y releer más de una vez la misma parrafada o frase. Imagino que para alguien más familiarizado con algunos de los temas que se tratan, al margen de los aspectos lovecraftianos o de ciencia ficción más típicos o con los que uno pueda estar más en contacto, puede resultar una lectura no sólo grata sino muy fructífera y mucho menos tediosa en esas partes de contenido más complejo. Por eso quizá no he disfrutado tanto como hubiera deseado de una lectura que en su conjunto promete bastante y cuyo fondo me ha llenado más que su forma. Sin embargo, El archivo de atrocidades, así como La jungla de cemento, son dos novelas que no desdeño abordar de nuevo en un futuro desde una nueva óptica y quizá con la mente más abierta para captar todo lo que me haya podido perder esta vez que, seguro, habrá sido muchísimo. No es una mala lectura, pero creo que no es apta para todas las mentes. La mía aún está muy verde, me temo, para afrontar toda su excelsa complejidad.
Maxi Sabela Tornés
EL ARCHIVO DE ATROCIDADES de Charles Stross / Título original: THE ATROCITY ARCHIVES / Traducción: Blanca Rodríguez y Antonio Rivas / Editorial: Insólita Editorial / Género: Novela / 416 páginas / ISBN: 9788494702006 / 2017