No encontré mejor modo de acercarme a uno de los clásicos más apetecibles sino a través de esta edición conmemorativa por el centenario de Jane Austen que, además, viene con las ilustraciones que realizó Hugh Thompson en 1894. Creo que se han hecho unas cuantas películas y se ha hablado bastante sobre la obra y su autora, por lo que quizá convendría darle justo protagonismo a lo que esta nueva edición aporta que no es poco. Para empezar, contamos con una nueva traducción a cargo de José Luis López Muñoz, que, si no fuera suficiente motivo para leer este clásico, cuenta además con el aderezo, como decía, de las decenas de ilustraciones de Hugh Thompson, muy acordes y coherentes con el texto. Por descontado queda hablar de la edición en sí, que es una maravilla, o de la prosa de Austen, que, me guste más o menos la obra en cuestión, goza de una calidad incuestionable. Las objeciones que pueda dar al respecto vienen, como siempre, condicionadas por las expectativas que tenía acerca del libro y el bombardeo sufrido antes de abordarlo: eran muchas las voces que lo aclamaban y las recomendaciones insistentes. Sea como fuere, Orgullo y prejuicio me pareció de un desarrollo lento hasta no llegar a la frontera de las doscientas primeras páginas, donde se aprecia cierta inflexión en los acontecimientos y la familiaridad con los personajes es mayor. Es entonces cuando el lector –hablo en mi caso, que cada cual extrapole las sensaciones al suyo y las acople como convenga– comienza a verse inmerso en la dinámica de la sociedad y los personajes que Austen presenta y el ritmo adquiere una cadencia más agradable y menos tediosa. Es en ese punto cuando he comenzado a sentirme un poco más cómodo con la prosa de Austen, con su estilo y su historia, a adaptarme a su modo de enfocar personajes y situaciones, cuando, en definitiva –doy gracias a Dios por esa obstinación que me impide abandonar obra alguna a la mitad (casi siempre)–, superado ese obstáculo, he empezado a gozar de verdad la obra. No quiero desmerecer ni mucho menos el valor histórico de la novela, ni el trasfondo de crítica social que impera en la obra. No en vano toca dos pilares básicos y presentes en toda sociedad hipócrita que se precie, sea pasada, presente o futura, como son el orgullo y el prejuicio. Ni tampoco es recomendable pasar por alto que tenemos ante nosotros a una autora con una pluma segura e inteligente que, en sus días, debió de luchar con aplomo contra el machismo y otras muchas lacras. Si tuviera que juzgar –y no me gusta esa palabra– Orgullo y prejuicio por su valor, importancia y testimonio, sería valorada con un sobresaliente, más aún en esta edición conmemorativa que embellece por fuera lo que ya es bello por dentro. Pero también hay que valorar el gusto y el modo en que la obra ha calado en mi persona como lector y esa es la puntuación que queda a pie de reseña. Aspectos que me hayan gustado de la obra hay muchísimos. Un ejemplo de ellos es el hecho de que Austen no se postula y procura ser objetiva para que sea el lector quien se forme su opinión a través de los pensamientos y acciones que acontecen en la novela. De ese modo nos advierte de la mutabilidad de los sentimientos y también del cambio tan brusco, según intereses, que puede provocarse en nuestra conducta. Es un ejemplo constante de la superficialidad de una sociedad cuyos valores estaban altamente deteriorados o deformados –al menos en buena parte de esta que aquí se nos muestra en plena época victoriana–, movidos únicamente por el afán de aparentar o reducidas sus acciones por el qué dirán. No muy diferente de algunos sectores de la sociedad de nuestros días donde aún, en según que esferas y círculos, el estatus social importa más que los valores propios de la persona. Ni siquiera los protagonistas, sobre todo Lizzy, es capaz de escapar del todo a ese pensamiento que la lleva a actuar y hablar de un modo que hoy día calificaríamos «de postureo», pero no importa porque no es óbice para que nos percatemos de lo complicado que resultaba, a nivel social, convivir con ciertos vecinos y según esas tácitas reglas de falsa cortesía y decoro, anteponiendo el vil metal y la posición ganada a golpe de matrimonio al amor y otros sentimientos menos arraigados a la superficialidad. Me haya gustado más o menos, creo que Orgullo y prejuicio es una novela recomendable que todo el mundo debería leer y sobre la que, también todo aquel que la lea, sin duda, se sentirá reflexionado a reflexionar.
Víctor Morata Cortado
ORGULLO Y PREJUICIO de Jane Austen / Título original: PRIDE AND PREJUDICE / Traducción: José Luis López Muñoz / Ilustraciones: Hugh Thompson / Editorial: Alianza / Colección: alianza Literaria / Género: Novela / 584 páginas / ISBN: 9788491047261 / 2017