Un mundo sin fin

«Veinte años después de la publicación de Los pilares de la Tierra, Ken Follett vuelve al fascinante mundo de Kingsbridge para presentar a sus lectores un retrato admirable del mundo medieval y una magnífica saga épica que aporta una nueva dimensión a la ficción histórica.

Desde la publicación de Los pilares de la Tierra en 1989, millones de lectores de Ken Follett a lo largo de todo el mundo esperaban ansiosamente este libro.

Un mundo sin fin está ambientado en la misma ciudad de Kingsbridge, dos siglos después de la construcción de su majestuoso templo gótico. La catedral y el priorato vuelven a formar la base de esta magnífica historia de amor y de odio, de ambición y de venganza, con el fondo dio, de ambición y de venganza, con el fondo amenazador de la Peste Negra que aniquiló a la a la mitad de la población europea.»

Lo primero que me ha gustado de este libro es que, siendo como es una continuación de otro libro, es totalmente independiente de éste, no es necesario leerse el primer “capítulo” de la trilogía para poder disfrutar de este culebrón histórico. Es más, en mi particularísimo caso, yo hubiese disfrutado muchísimo más de Un mundo sin fin si no me hubiese leído previamente Los pilares de la tierra.

No quiero confundir a nadie, el libro me ha gustado muchísmo, y sí es una continuación del libro anterior, y sí recomiendo a todo el mundo leerse previamente el primer tomo, pero no desaconsejaría (paradójicamente) a quien me dijera que únicamente quisiera leerse esta obra de la trilogía.

Ken Follet tiene una capacidad extraordinaria para crear y enlazar historias dentro de la trama. Al igual que ocurría en Los pilares de la tierra el autor colma las expectativas de sus lectores con una trama repleta de amor, aventuras, misterio, sexo, murallas, batallas, acción, etc., y lo hace como un buen artesano, con oficio. Quizá lo que menos me ha gustado de Un mundo sin fin es que en numerosas ocasiones me ha recordado a Los pilares de la tierra, y cuando digo esto lo digo literalmente, muchísimas veces parece que estamos leyendo el mismo libro, las historias siendo distintas son muy muy similares… demasiado.

Adoración Negre Pujol