Ignoraba lo que me iba a encontrar al leer a China Miéville por primera vez, pero no imaginaba, ni de lejos, que iba a ser esto. Los últimos días de Nueva París es una novela de lo más extraña. No lo digo en sentido peyorativo, sino todo lo contrario. Junto con Clive Barker y otros, a Miéville, londinense de nacimiento, se le ha metido en el saco de lo que muchos han dado en llamar el New Weird, un movimiento literario de género inclasificable que atiende a sus propias reglas y que no duda en mezclar fantasía, ciencia ficción, terror, historia, etc. en favor de la libertad creativa. No sé si después de leer esta novela puedo decir de China Miéville que es un genio o un loco, a veces la diferencia entre ambos conceptos es mínima y la línea que los separa se difumina. Creo que estoy más por lo primero. Además de sumarle el calificativo de valiente. Porque este, como, según tengo entendido, toda la obra de este autor, es un proyecto arriesgado, una novela no apta para todas las mentes: hay que estar predispuesto y muy abierto a algo totalmente fuera de lugar. Si hace no mucho oía hablar de la posible conversión del Bizarro a fenómeno de masas, Miéville va abriendo camino a través de las editoriales más tradicionales de facturación a gran escala. ¿Es esto positivo? Bueno, creo que si ayuda a que el género se posicione, amplíe mercado y proporcione una mayor disponibilidad y acercamiento al lector, ¿por qué no? En cualquier caso, no vamos a abrir un debate sobre el Weird –New o no– como género o subgénero literario o lo que sea. Los últimos días de Nueva París es, sin duda, un referente de esa ola que se dice empezó en los 90 y tuvo su mayor apogeo a principios de este siglo. Las primeras cincuenta páginas me dejaron completamente KO. Porque no sabes lo que estás leyendo, no entiendes del todo las referencias a las que se alude o no has encontrado aún el hilo conductor de la novela, pero luego –¡oh, maravilla!– sigues leyendo y empiezas a comprender y a disfrutar, a pesar de que aún se te escapen detalles y conceptos. Entonces te das cuenta de lo intrincado del asunto, de lo complejo que es ese mapa que Miéville traza en torno a una distopía surrealista en la que aparecen nazis, demonios, obras de arte surrealista que cobran vida y mucho más. Y todo muy bien escrito, oiga. Mientras leía pensaba: «ojalá tuviese más conocimientos sobre arte, sobre el surrealismo y los artistas que vivieron el movimiento, ojalá supiese más sobre la historia del arte». Porque las referencias son abundantes y creo que, de haber tenido esa información naturalizada, habría disfrutado cien veces más de la obra y de algunos de sus pasajes más memorables. La historia no tiene desperdicio. El epílogo, en el que el propio autor hace un sólido trabajo de metaficción, tampoco. Ni siquiera las notas al final son eludibles. Todo el conjunto vibra con una magia especial. Si todo lo que escribe Miéville está tan bien hilvanado, no me cabe duda que seguirá destacando y abriendo camino a este tipo de literatura que, por otra parte, es de lo más subversiva y fresca.
Víctor Morata Cortado
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NUEVA PARÍS de China Miéville / Título original: THE LAST DAYS OF NEW PARIS / Traducción: Silvia Schettin / Editorial: Ediciones B / Colección: NOVA / Género: Novela / 240 páginas / ISBN: 9788466660860 / 2017