No soy lector habitual de novela negra, pero reconozco que me gusta y entretiene a partes iguales. Joyce Carol Oates es uno de los referentes del género, pero dado mi poco acercamiento al mismo, no había tenido la oportunidad ni los deseos de leer nada de ella. Rey de Picas es una novela corta y, además, se lee muy rápido. Tiene una prosa ágil que invita a no detenerse y combina a la perfección con una trama de escasos personajes, ninguno de ellos tan profundo, ni de lejos, como el protagonista, en torno al cual gira toda la historia. El protagonista es Andrew J. Rush, un escritor de éxito, «el Stephen King de los caballeros». Posee todos los recursos que un aspirante a escritor viviente como el que les habla querría para sí, a saber: vivir holgadamente de su oficio, disponer de tiempo y espacio para dedicarle una vida, y disfrutar de los parabienes del éxito sin más preocupaciones que la de rellenar la hoja en blanco. No hay nada que le falte y, sin embargo, su vida «anodina» se ve necesitada del estímulo de ciertas emociones a las que el escritor no puede sucumbir si no es a través del pseudónimo que crea para crear sin ataduras las historias cruentas que Andrew J. Rush no puede, no quiere o no se atreve a escribir. Ese alter ego literario es Rey de Picas, del que nadie sabe nada, ni su corrector, ni su editor, ni, mucho menos, la familia de Rush. Hasta aquí todo bien. Quizá alguien ya empiece a intuir por dónde van los tiros. Quizá algún lector avispado empiece a ver similitudes o referencias a otros libros de otros autores, a los que Oates, sin esconderlo homenajea a través de referencias directas. El lector verá como se hace una mención intencionada a El gato negro, el relato breve de Edgar Allan Poe. Hay ciertos paralelismos entre la historia del de Baltimore y aquella a la que se somete Andrew J. Rush. El escritor protagonista, además, convive con la voz de su pseudónimo, otorgándole de una personalidad individual que se desliga a veces de su propio pensamiento y tampoco se esconde al hablar de La mitad oscura de King. Desde luego, Joyce Carol Oates parece que disfruta de un humor negro bastante peculiar y lo deja patente en las referencias literarias y las bromas escondidas dentro del texto. Como decía, es una novela que se lee casi del tirón. Sin demasiadas complicaciones argumentales ni intrincadas reflexiones ni disertaciones filosóficas que puedan entorpecer el ritmo. Se ve que la autora sabe usar su estilo y sus métodos para conducir la trama. Me pareció una novela bien construida. E interesante. Uno se pregunta cuánto ha sacado la autora de su propia vida de escritora para crear a Andy Rush, cuánto de lo que él ha conseguido es parte de Joyce Carol Oates, pero todos sabemos o intuimos que, es más que probable, debe ser bastante. La némesis del protagonista, porque parece que siempre debe haber un enemigo o un oponente que sostenga el equilibrio, parece ser el propio Rey de Picas, sin embargo, no es sino gracias a C. W. Haider, una loca aficionada a la escritura y a demandar por plagio a escritores famosos –entre ellos, como no puede ser de otro modo, Stephen King (sí, aparece bastante en estas páginas)– que no se desata el torbellino que comenzará a engullir la vida del exitoso escritor de Harbourton. Rey de Picas es un buen bocado, dulce y digestivo. Quizá lo mejor para empezar el año sin añorar demasiado los excesos navideños.
Víctor Morata Cortado
REY DE PICAS: UNA NOVELA DE SUSPENSE de Joyce Carol Oates / Título original: JACK OF SPADES. A TALE OF SUSPENSE / Traducción: José Luis López Muñoz / Editorial: Alfaguara / Colección: Narrativa Internacional / Género: Novela / 232 páginas / ISBN: 9788420420912 / 2016