Orígenes secretos

Me daba un poco de miedo empezar a leer Orígenes secretos de David Galán Galindo. Eran miedos infundados, sin embargo, ya que esta novela me ha proporcionado muy buenos y agradables momentos. Confieso que, incluso, hubo una escena en la que me llegó a emocionar. Al margen, claro, de todas aquellas en las que no pude evitar reírme. Vamos, que es una novela que remueve. No voy a negar que llega un momento en que la verosimilitud se difumina y, lejos de ser un handicap, se convierte en todo un acierto, pues es esa ficción que se desgaja de la realidad ante lo imposible e improbable lo que hace que el lector se centre más en la historia que en las posibilidades reales de que algo como lo que cuenta suceda. Reconozco que las primeras páginas no me emocionaron demasiado, pero no tardé en alegrarme de haber seguido leyendo. Contiene tópicos policíacos que son muy cinematográficos y también muchas referencias a este respecto, del mismo modo que un despliegue impresionante sobre cómics, autores, personajes y anécdotas del género. Eso, sumado al carisma histriónico de Jorge Elías, protagonista friki, dueño de la tienda de cómics Planeta K y colaborador policial temporal en esta historia, hacen de la aventura de Orígenes secretos un paseo agradable y muy divertido. Se disfruta mucho. Y aún más lo disfrutarán, imagino, aquellos que no sean, como yo, un lego en la materia. Posee un desarrollo muy dinámico, con una prosa correcta y un narrador en tercera persona con una voz muy «particular» a la que, al principio, cuesta acostumbrarse pero, una vez hecho, hace que la historia transite con facilidad, sin sobresaltos ni complicaciones en el lenguaje. Me ha sorprendido para bien, tengo que reconocerlo. Nunca había leído a David Galán Galindo y no sabía lo que me iba a encontrar. Me ha gustado la historia y el modo en que nos la ha mostrado. Un autor del que habrá que estar pendiente en los próximos años y al que tengo que agradecer el buen rato que su novela me ha proporcionado.