No me gusta demasiado cocinar. Lo reconozco. Veo una sartén y me entra yuyu. Veo un horno abierto o un cuchillo sobre la encimera y la cabeza se me va al cine de terror. Pero hay que comer y, con los años, uno acaba por darse cuenta de que no puede vivir de latas, comida prefabricada y visitas a los bares y restaurantes de comida rápida. Habrá quienes tengan sus símiles con gustos más caros y no les pese tanto como a mí, pero qué le vamos a hacer, yo no puedo permitirme ir todos los días a un tres estrellas Michelín ni a base de menús de veinticinco euros. Por eso me tiré a la piscina y, dentro de lo que la pereza me permite, intentar meter mano a la cocina. Se pueden imaginar el desastre de los primeros días de intento de hacer algo serio y «elaborado». Luego vi Simplísimo. El libro de cocina + fácil del mundo y me dije: «parece hecho para mí». No me equivocaba. A ver, quien espere encontrar en estas casi cuatrocientas páginas un recetario de alta cocina ya puede ir dándose media vuelta. Este libro es un recetario, pero de esos para gente como yo, con prisas y pocos conocimientos, pero con ganas de disfrutar de una gastronomía más variada y saludable. Porque los años pesan, se quiera o no, y los estómagos no son los de antes y los michelines dejan de ser un ente ajeno para formar parte de nuestra fisonomía. Eso es así.
J. -F. Mallet ha roto esquemas en Francia con este libro, más de 210000 ejemplares vendidos en tres meses. Algo ha de tener. Y quise comprobarlo por mí mismo. Y algo tiene. Las recetas son tan sencillas como visualmente exquisitas. El primer día empecé con una de ellas, de las del principio, y no podía creer que hubiera sido capaz siquiera de hacerlo bien. Eso me dio la confianza suficiente para probar con otro plato más complicado y el resultado fue también satisfactorio, tanto que la propuesta para este verano y hasta final de año va a ser elaborar al menos tres o cuatro recetas por semana. Las pienso hacer todas. O casi todas. No todos los ingredientes son de mi agrado. Uno no nace acostumbrado a ciertas verduras. En el caso del libro de Mallet, tampoco pasa nada, porque da pie a modificar las recetas según gustos. Eso sí, un turófobo lo tendría complicado, pues son decenas las recetas que llevan como ingrediente imprescindible el queso, ya sea Parmesano, Roquefort o Crottins de chavignol, por lo visto un tipo de queso de cabra que no había oído en mi vida.
El libro además es muy básico. Fotos para los ingredientes y una para mostrarnos el resultado. La presentación es estupenda. A golpe de vista uno se hace con todo lo que necesita y con la prueba de que todo eso mezclado puede generar un plato decente y más que presentable. Las instrucciones son sencillas, quizá demasiado sencillas en ocasiones, pero se pueden llevar a la práctica sin problemas. No hay excusas para los legos en la materia con este manual de cocina para dummies. El caso es que gastronómicamente hablando no creo que este sea un libro de gourmet ni te convierta en un chef estrellado, pero al menos te sacará de más de un apuro y propiciara que comas de manera diferente durante muchos días, ya que tiene cientos de recetas, a cada cual más fácil y atractiva. Para alguien como yo, genial. Puede que después de esta me aficione a cocinas más elaboradas. Simplísimo será en ese caso como el primer beso.
Maxi Sabela Tornés
SIMPLÍSIMO. EL LIBRO DE COCINA + FÁCIL DEL MUNDO de J. -F. Mallet / Título original: SIMPLISSIME. LE LIVRE DE CUISINE LE + FACILE DU MONDE / Editorial: Larousse / Temática: Cocina / 384 páginas / ISBN: 9788416368976 / 2016
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