Gracias a la gran labor de editoriales independientes, en este caso Libros del Asteroide, podemos disfrutar de autores muertos en términos físicos y de presencia en librerías. No sé si la expresión correcta es resurrección o anunciación, no estoy muy puesto en términos religiosos, pero el advenimiento de George V. Higgins de la mano de la citada editorial fue una gran noticia. Comento lo de la anunciación porque muchos no conocíamos a este autor y la repesca, aquí vendría la resurrección, de Los amigos de Eddie Coyle nos abrió los ojos a un noir diferente.
La característica esencial de las novelas de Higgins es su construcción a través de los diálogos que, muy bien tejidos, guían toda la acción.
Nacido en el estado de Massachusetts, desarrolló toda su actividad profesional en Boston, centrada en temas que tenían que ver con el crimen pero desde el otro lado de la barrera. Dado su conocimiento de las mafias locales y de sus usos y costumbres, pudo plasmarlas con maestría. En general estamos ante argumentos no muy enrevesados pero que, como digo, a lomos de unos fantásticos diálogos, se hacen trepidantes. No escatima en violencia y crudeza pero ésta no se hace molesta para el lector ya que se integra de manera perfecta en el devenir de la historia que nos está contando.
Tres son las novelas que hasta ahora ha rescatado Asteroide: Los amigos de Eddie Coyle (2011), Mátalos suavemente (2012) y La rata en llamas (2013). Parece que, de momento, nos quedamos sin la entrega correspondiente a 2014. Las tres fueron escritas entre 1970 y 1980 y las dos primeras cuentan con adaptación cinematográfica.
Eddie Coyle fue interpretado por Robert Mitchum en la película dirigida por Peter Yates en 1973. Tal vez habiendo leído antes la novela, no parece el actor más indicado ya que Coyle es un poco torpe, huidizo y pusilánime, características que no solemos asociar a Mitchum. En cualquier caso es buena pero no tanto como la novela, opino.
En el caso de Mátalos suavemente estamos ante un conflicto de intereses entre los espabilados de turno que intentan un golpe de por libre y la organización que controla el negocio de las partidas clandestinas. Para este tipo de problemillas hay un «solucionador», Jackie Cogan, muy dignamente llevado a la pantalla por Brad Pitt que parece crecerse en estos papeles. En el cine se nos presenta un cóctel un tanto extraño pero efectivo. Nos mezclan la época de la acción, situándola prácticamente en la actualidad, con la de la novela a través de imágenes en televisión y canciones. Consiguen buenos efectos, como una excepcional escena de violencia mecida por la lentitud y suavidad de la balada Love letters. Lo mejor, una vez más, olvidarse de Pitt y leer la novela aunque, ya digo, la adaptación es resultona.
En mi escala de valoración particular, La rata en llamas baja el nivel. Aun así merece una lectura. No faltan los fabulosos diálogos, piedra angular, que consigue este autor especial de estilo muy particular pero con gran capacidad para captar adeptos entre los lectores de novela negra. Justamente, por cierto.
Mientras esperamos nuevas entregas, podemos echar mano de otras resurrecciones obradas por Asteroide como las novelas de Léo Malet. Autor francés de posguerra y padre del género en su país del que también hay tres reediciones. Destaco en especial Calle de la Estación 120 donde conocemos los orígenes del gran Nestor Burma. En Francia hay, al margen de los libros, cómics, que aquí editó Norma, películas y mucho material. O recurrir a El complot mongol génesis del género negro en México y cuyo autor, Rafael Bernal, era un auténtico desconocido para mí pero parece que no hay mucho más disponible.
En definitiva, gracias a Libros del Asteroide por hacer llegar estas preciadas obras a nuevas generaciones de lectores.
Si os animáis, ya me comentaréis qué os parecen. Yo, si tuviera que elegir una, ¡leería las siete!
José A. Valverde