
Guiso muy apropiado para esos días de lluvia y frío…
Ingredientes (para 4 personas):
- 2 perdices
- 3 cucharadas de manteca de cerdo
- 4 cebollas pequeñas, o 2 medianas
- 100-125 g. de tocino
- 2 zanahorias
- 1 cucharada de harina
- 1 vaso de vino tinto
- ½ vaso de cerveza y ½ vaso de agua (puede ser también de caldo de ave o verduras)
- 2 hojas de laurel
- 1 poco de tomillo fresco (en rama), otro de romero y otro de perejil
- ¼ cucharadita de raspadura de nuez moscada
- Sal y pimienta
Preparación:
Vaciamos las perdices, las limpiamos y las cerramos, atándolas con un cordel. Viene muy bien también flamearlas, para que no queden restos de plumas en la piel. El tocino lo cortamos en tiritas finas y picamos las zanahorias. Las cebollas las pelamos y las dejamos enteras; si son demasiado gruesas las partimos por la mitad. Con el laurel, el tomillo, el romero y el perejil, hacemos un ramillete y lo “envolvemos” todo con una gasa, de esa manera evitaremos encontrarnos con “hojitas” de romero en la salsa.
En una cazuela derretimos la manteca, y cuando ésta esté líquida rehogamos dentro las perdices junto al tocino, las cebollas y la zanahoria. Lo dejamos todo al fuego, un fuego medio, hasta que esté todo muy doradito, momento en el que le espolvorearemos la harina y rociaremos el guisado con el vino, la cerveza y el agua. Mezclamos bien, salpimentamos y echamos la nuez moscada, avivamos un poquito el fuego, le volcamos el ramillete de hierbas, y cuando el guiso rompa a hervir lo tapamos y dejamos que cueza todo a fuego muy lento durante una hora y media, aproximadamente, vigilando en todo momento que la salsa no se quede demasiado espesa, aclarándola con un poco de caldo o agua, si fuese necesario.
Cuando llevemos tres cuartos de hora de cocción podemos sacar las perdices, quitarles el cordel, partirlas a lo largo, y dejar que se terminen de cocinar en cuatro pedazos.
A la hora de servir, acordarse siempre de retirar el ramillete de hierbas.
José Antonio Castro Cebrián