Estoy escribiendo a hora y media de sentarme a cenar, y a tres aproximadamente de tomar las habituales “uvas” de la suerte. Mi primera intención era escribir sobre algo tan dulce y condescendiente como son los buenos propósitos del nuevo año que se nos viene encima, pero esta misma mañana muy de mañana, en este día de “encorbatados” y “emperejiladas», un viejo con los ojos más negros que los cenizos, de esos que miran desollándote, me ha devuelto a la realidad.
Me lo encontré de camino al bar, sentado a la puerta de su casa; me miró, me remiró, agarró su bastón y me pidió que le acompañara al bar, “que sé que vas pa la Geroma”, me dijo.
Pues bien, empezó, como el que no quiere la cosa, cargando un “buenos días” sequísimo, con el tono de reproche que tienen los que juran que cambiarían el mundo en un mes, si las fuerzas convulsas que manen del infierno y que dominan en la sombra los designios del mundo mundial se lo permitieran. Después un: “¡vaya mierda de país que tenemos!”, más tarde el consabido: “¡el que nos merecemos, carajo!”, y por último, para rematar: “¡deberían coger a todos los moros y meterlos en una patera de vuelta a sus miserias, y a los judíos y a los panchitos, también!
A mí se me ocurre, en un ataque de sarcástica ironía – sensible que es uno -, decirle que si se hiciera eso, lo único que se conseguiría es retroceder setenta u ochenta años en humanidad, que ese discurso está obsoleto, que sólo tiene que darse una vuelta por diversos periódicos y noticiarios, para percatarse de que en todos lados se cuecen habas, que hay buenos y malos de todos los colores…
Pero, ¿por qué esa manía de algunos con poner siempre los puntos sobre nuestras íes, aún cuando nadie se lo ha pedido? Pues nada, el viejo con los ojos más negros que los cenizos, me dejó claro clarísimo que para él soy un ignorante de primera, al no ver más allá de lo que me quieren enseñar los medios de comunicación…, asegura convencido, y sin posibilidad de réplica, que todo el mal que asola nuestro país, y Europa en general, es fruto de una confabulación entre grupos hebreos e islamistas radicales, que intentan confundir a Europa con tretas propias del Mosad israelí…, que la riqueza de un pueblo se mide por la pureza de su raza…
¡Válgame la Santa Paciencia que me dio mi madre!, ¡qué montón de majaderías se pueden escuchar de camino a un bar!
Al final perdí un poco los modales –como tenía que pasar- y lo mandé derechamente a tomar por culo, por necio, gilipollas y racista. Y no, él no estaba ni chocheando ni está loco.
Yo digo como dijo una vez el escritor Paco López Mengual, ¡benditas las abuelas, que se hincharon de follar sin remilgos de ningún tipo, desde los tiempos de María Castaña, con fenicios, griegos, romanos, iberos, visigodos, almohades, mercaderes venecianos, hunos y los otros, brigadistas norteamericanos, milicianos de la CNT y requetés!; ¡de ellas la suerte de sus nietos de ser imperfectos revoltijos de sangre de muchas culturas y razas! ¡Con dos cojones!
¡Ah! Feliz y Prospero 2015 para todos… ¡PARA TODOS!
José Antonio Castro Cebrián
Macho , ni que lo hubieras predicho lo del atentado de Charlie Hebdo. Algo de razon tiene ese viejo del que hablas, nos tienen comida la sesera de tal manera de que no nos damos cuenta de que muchas de las cosas que ocurren malas ocurren porque las provocamos nosotros, eso es occidente, con nuestra actitud prepotente y altiva.
Que no justifico con esto los asesinatos ni nada, pero es que tambien son ganas de tocar los huev….s de los dibujantes a los islamitas con provocaciones muy explicitas. A estos locos mejor no provocarlos que estas esperando la mínima para saltar.
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El asesinato no es justificable con nada. FIn de la discusión. NO AL ASESINATO.
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